jueves, 21 de mayo de 2020

Debemos rescatar el camino de hace 50 años en Costa Rica, solo que actualizados...


Basado en este artículo, he aquí algunas deliberaciones:


En la actualidad se aplica el modelo económico Neoliberal que está basado en una gran desigualdad y que el modelo capitalista se basa en el uso de la riqueza de los ricos para fortalecer los sistemas productivos entre los pobres y que estos a su vez vuelven a bombear riqueza que va a las manos de los Ricos, de vuelta.

Esto es lo que yo siempre he llamado “Isostacia Social”, es el fenómeno actual, que dice, en mis propias palabras que para que haya ricos, deben haber pobres y para que salgan los pobres de su estado, otros deben caer en su lugar para mantener el movimiento de la riqueza, que no llega jamás a un equilibrio, porque la Isostacia es una constante, como lo en la tierra, lo es en la sociedad.

De hecho por definición el rico solo puede ser rico en un mundo donde haya pobreza, ya que sin contraste no existiría como “diferenciador” en un mundo donde todos son ricos, nadie lo es realmente.

-El capitalismo financiero es la verdadera enfermedad- según Paul Mason, quien explica que en 2008 se solucionó la crisis con mas dinero, ósea enfermedad (Crisis) con más enfermedad (deuda),  y ahora la situación se repite solucionando la crisis (económica) que causa el COVID-19 con inyección de capital, falta de dinero, con mayor deuda. Es un círculo vicioso.

Paul Mason pide “rechazar la austeridad” para no golpear a los más débiles. Porque las medidas austeras favorecen que los focos de pobreza sigan existiendo.

“Si un gobierno pone a circular más dinero, pero al mismo tiempo baja salarios, reduce gasto, el único lugar a donde iría el dinero es hacia los más ricos.” 

Por eso es que endeudarse más, ósea atraer más dinero y reducir el gasto, inyecta dinero al mercado para reactivarlo, pero si los pobres no tienen condiciones para circularlo, circula y se almacena en los más ricos.

Lo que recomienda Paul es una fuerte intervención estatal, comprar compañías y cerrar la economía, no dejarla al libre mercado. Una economía totalitaria… o en palabras menos disonantes, un estado empresario.

Parece y creo lo mismo, la normalidad no va a regresar, por lo tanto Paul recomienda 3 cosas:

1- Que el gobierno tenga participación en todos los mercados estratégicos, como el sector alimenticio, servicios, transportes, combustibles, energía; básicamente lo que ya Costa Rica tiene participando con el estado y el mercado, no obstante, deberá ejercer un mayor control, volviendo al estado empresario y benefactor, paternalista, pero que sepa ser eficiente que es lo que ha perdido con los años cuando no tenía competencia y sangraba al sector privado que se ha visto en clara desventaja en relación a las condiciones de su fuerza laboral. Ya que Costa Rica tenía antes de la Pandemia un 80% de trabajadores en el sector privado que ganaban como media menos de $1000 mensuales, mientras que el 20% de los empleados públicos ganaban, sumando “pluses” y beneficios negociados cantidades mucho mayores.

2- El estado debe, a partir de hoy, no recaudar dinero para pagar sus salarios, si no para garantizar servicios gratuitos universales en salud, educación, incluso universitaria, vivienda y transporte. Que en alguna medida Costa Rica, ya hace, pero peca en el pago de salarios desmedidos a la mayoría de su planilla.

3- Que los bancos centrales compren deuda del estado, ósea que nos prestemos a nosotros mismos, que el dinero gire en torno nuestro, con la posibilidad de que sea pagado por generaciones futuras, no las actuales, esto detendría la Isostacia social que responde a la economía de mercado, es como estabilizar las clases sociales hasta que se armonicen en recursos equiparados.

Las posibilidades actuales se abren en educación y entretenimiento… la animación, la virtualización, la fantasía, la alternativa a la realidad pasa a ser de nuevo una oportunidad. Cuando todos los medios excesivamente realistas nos acercaban a otras vivencias, de culturas, de gente, de familias, con realidades “actuadas” o las de moda “faltas de guión” como los realities, ahora se abre la posibilidad para estimular la imaginación con audiovisuales cuyas narrativas logren volver a retar a las mentes. Pues no se pueden grabar a personas actuando, en escenarios reales o trasladándose a locaciones diversas. Ahora todo es en estudio y con el mínimo de personal para evitar los contagios. Es la producción artística con recursos distintos lo que fomenta la creatividad.

No obstante, la televisión artesanal no es atractiva, la radio con mal sonido en transmisiones por llamadas desde los hogares suenan terrible, se pierde la naturalidad y la gente se cansa de ver enlatados porque no se graba nada nuevo.

Si alguien retoma estos medios con producción de calidad en los nuevos entornos, con edición correcta o transmisión en vivo, mejorando la calidad, sin guiones acartonados si no esquemas guía que te permitan hablar fluido, pero espontáneo, esa es una oportunidad sin igual.

En todas las revoluciones, los nuevos inventos destruyen o lesionan los anteriores. En la tecnología de la información, esa destrucción es acelerada, más que la creación de nuevas opciones, hay un des balance que crea un embudo, donde son muchos los que entran pero pocos los que pasan al otro lado. Quedan en el camino iniciativas que venían siendo muy bien remuneradas y pasan a valer nada.

Incluso mucho del desarrollo de software está automatizado, con bases de programación que solo se eligen y se ordenan para formar nuevas opciones. Así que incluso esos ingenieros de inicio, han quedado sin demanda.

La tecnología de la información reduce las posibilidades de ganar dinero de forma fácil. Y crea un efecto de redes en cadena que a su vez produce mucho nuevo material. El reto es aprovechar ese material desorganizado y sin aparente valor comercial. El capitalismo ve difícil aprovechar la era de la información porque sus motivaciones son contrarias en si mismas: “generar capital y protegerlo” vs la era de la información que busca “masificar los mensajes sin restricción” en una selva de difusiones para lograr ser el único que realmente logre “comunicar”, entiéndase como el mensaje más compartido, y per se, es significa libre de derechos de autor patrimoniales y en la mayoría de los casos ni siquiera morales, porque se pierden los autores y todos los que comparten, toman pasa si mismos los méritos de lo que envían. ¿Cómo llegar a controlar estas catarsis en provecho de una nueva era de oportunidades económicas?

Hay que reconocer que grandes proporciones de lo que hacemos hoy en día, quedan fuera del fenómeno de ¨generar ganancias” que es lo que busca el capitalismo. Basta con citar los derechos de autor, que se ven violentados a diario en la era de la información, las fotografías ya no conservan autorías, las canciones ya no se compran, a lo sumo se alquilan, los vídeos de calidad son ahora masivos y gratis, se van eliminando las posibilidades de lucrar con la producción artística, porque incluso el cine frente a la pandemia ya no permite recuperar la inversión de las super producciones a las que estábamos acostumbrados.

Lo primero que debemos cambiar y no por efecto reactivo por las masas, es calladamente lograr ser más verdes, que no hayan focos de pobreza y acabar con la especulación financiera, que es dinero falso de mercados intangibles que hacen millonarios a muchos sin merecerlo.

Según John Cornford, inglés que luchó en la guerra civil española: “La historia no es plastilina sino rugientes arenas”, lo que se interpreta, como que “la historia la escribe el vencedor, no el bueno ni el malo, si no el que gana”. Y que si no hay luchas no hay cambios históricos. Seríamos siempre los mismos.

En el período que viene la gente, dice Paul, se aferrará a lo que vivieron por 20 años, querrán volver a lo mismo, pero no hay marcha atrás. Y los países más exitosos serán los que aprendan a desglobalizarse y los primeros que lo aprendan serán los que menos sufran.

Debe haber un nuevo acuerdo social entre los propietarios de la tierra y los empresarios y el estado, y evitar los conflictos con la población.

Por Minos, 20-05-20