jueves, 22 de octubre de 2020

 

La identidad imaginada del Tico

Minor Jiménez Guevara


Es una construcción política. La Identidad Nacional, se reforzó fácilmente, porque fueron los políticos quienes dictaron el discurso oficial en el sistema educativo, como cuando la historia es escrita por los vencedores, no por lo vencidos.

Antes de que llegaran los españoles, los otros, los indígenas del norte, se referían a los territorios del sur en el istmo como la “región histórica chibcha” (Fonseca, O. 1993) [1] con 18 cacicazgos y cada uno con su propia lengua, lo que deja ver que su permanencia, desarrollo y aislamiento en porciones relativamente pequeñas de territorio, llevaba muchas generaciones.

No obstante en 1513 Vasco Núñez de Balboa, habla de toda la región centroamericana como Veragua, cuando sus ojos logran por primera vez atravesar toda la tierra y visualizar del otro lado, las aguas del Pacífico. (Rodríguez, E. 2013)

En 1539 fue el primer intento por conquistar Costa Rica por El Gobernador y Capitán General Diego Gutiérrez, quien da tormento a los caciques Camaquiri y Cocorí, pero es muerto en 1544 por nuestros indígenas. De esta forma Costa Rica gana 22 años más de escondite y olvido, no obstante, ya en el golfo de Nicoya existían asentamientos de conquistadores, pero Costa Rica iniciaba geográficamente más al sur. 

Reinicia la conquista en 1561 con Juan de Cavallón, Juan Vásquez de Coronado y Juan de Estrada Rávago. El primero de ellos sube por tierra a Chomes, Esparza, Orotina y llega a Santa Ana, donde funda Garcimuñoz.

Cabe tomar en cuenta que cuando los españoles luchan por conquistar Costa Rica ya habían sido promulgadas las leyes de Burgos en 1512 para amparar a los Indios de los abusos de los europeos. (Rodríguez, E. 2013)

En 1563 es Juan Vásquez de Coronado quien logra adentrarse al sur a Quepo y Coto, con ayuda de amigos indígenas y aprovechándose de las pugnas entre ellos, lo acompañan los caciques Accerrí y Iurusti.

El costarricense inició su vida en conquista y colonia con una población de indígenas considerable, por lo menos 119 mil individuos según Steward (1949), citado por Kramer, Novell y Lutz (1992) [2]. Población que no llegó a igualarse con “ciudadanos costarricenses” si no hasta el censo de 1864 con 120 mil personas. No contaban a los indígenas, que para entonces eran un 10% de lo que fueron, no obstante desde el inicio del siglo XVIII se estimaban los indígenas ya en unos 15 500, lo que quiere decir que el 90% de ellos habían desaparecido en poco más de 100 años. (Rodríguez, E. 2013)

Según nuestra herencia genética, somos un 30% amerindios (Morera B. 1995) [3], lo que quiere decir que a pesar de que hubo mestizaje, la mayoría de los indígenas, que eran también la mayoría de costarricenses, se mezclaron hasta llegar a ser un 30% del costarricense actual, permanecieron aislados un 10% desde 1800 hasta 1900 y a groso modo deja un resto 60% que murió; al rededor de 71 400 nativos.

Hoy Costa Rica tiene 104 143 indígenas, si bien han aumentado, porcentualmente bajaron de ser el 10% de la población en el siglo XIX a ser el 2.4% en el último censo, y de ellos, una cuarta parte no pertenece a ningún pueblo, quiere decir que la pérdida cultural los está marcando desde adentro. (INEC 2011)

En 1568 el nuevo Gobernador Perafán de Rivera, en su afán de calmar a los colonos en Cartago trata de obtener autorizaciones para repartir indios entre los pobladores, a lo que le respondieron negativamente, por lo que decidió violentar la orden y los repartió ilegalmente (Rodríguez, E. 2013). Otro ejemplo de lo que el aislamiento permitió, negativamente en Costa Rica.

No queda claro si la desaparición de la mayoría de los 119 mil indígenas fue un genocidio armado, pero sí que murieron masivamente. Entre las hipótesis se encuentran las enfermedades que trajeron los españoles y la decisión de aislamiento que ellos tomaron al abandonar sus asentamientos para aislarse en territorios de difícil acceso. Posiblemente pensaron igual, como les funcionó para resistir la conquista por 60 años, más que otras naciones de América, confiaron en ese aislamiento para sobrevivir, pero no les funcionó, solo lograron mantenerse excluidos, en las tierras más agresivas de Costa Rica, las más indómitas que ni ellos mismos pudieron aprovechar.

Durante todo el siglo XVII, desde 1600, los pobladores y las autoridades se desgastaron en intentar conquistar Talamanca, donde miles de indígenas se refugiaron exitosamente y llegaron a ser el símbolo de la resistencia contra los europeos. He aquí donde surge el jefe Pablo Presbere.

Sí hubo mestizaje, pero debió ser mucho mayor a lo que fue, nuestro fenómeno se diferenció del resto del continente pero no quedan casi evidencias de las razones y los hechos que se sufrieron en el siglo XVI, durante la invasión.

Carlos Sojo en su documento “Igualdad Imaginada” habla del costarricense etnofóbico, por el hecho intrínseco de promulgarse a sí mismo como ausente de mestizaje… de manera que la identidad nacional se ha construido en el supuesto de que somos descendientes de españoles de forma pura y sin mezclas… y como tal, manifiesta un sentimiento de animadversión a la otredad, como una característica beneficiosa culturalmente hablando.

La verdad del asunto es que nuestra conquista, al ser tardía, fue hecha en su mayoría por Criollos, no españoles, nacidos en otras tierras americanas, entre 1520 y 1560 durante las expediciones de Juan de Cavallón (Kramer, Novell y Lutz (1992) [4]

Gran cantidad del mestizaje se dio a partir de las esclavas, muchas de ellas procreadoras de hijos ilegítimos de los conquistadores y su descendencia. (Meléndez, M 1995) [5]. Se consideraba una evolución de percepción social en el tanto, cada vez se fuera blanqueando más la piel. (Sojo, C. 2010).

Pero no hubo un proceso claro, porque los hijos de las esclavas heredaban el apellido del padre español, por lo que con el pasar del tiempo y el aclaramiento de las pieles, no se distinguían los hijos criollos de los mestizos con los mismos apellidos y algunos anotados en las partidas de bautismo por la iglesia, como criollos, “pardos”, mulatos o incluso cambiando designación en el transcurso de su vida, cuando contraían nupcias u otros sacramentos.

Esta etnofobia queda clara en el Patronazgo de la Virgen de los Ángeles, cuya vidente fue una chola anónima en contraposición al bien documentado vidente de la virgen de Guadalupe, Juan Diego. En nuestro caso en 1635, la chola indígena no tiene nombre, porque por muchos años la virgen de Los Ángeles era objeto de devoción por los “pardos”, no por los blancos que mantenían la suya en Nuestra Señora de la Concepción con santuario en el pueblo de Ujarrás. (Fernández, R. 2006) [6]. Aunque para 1722, menos de 100 años más tarde se comienzan a identificar blancos devotos a la virgen autóctona. (Rodríguez, E. 2013)

“Cierto es que entre los novohispanos, los costarricenses son los que tienen menos mezcla de sangre y los más puros, así como los menos infectados, por este motivo de vicios físicos” Wilhelm Maar, explorador Alemán a mediados del Siglo XIX. (Sojo, C. 2010) 

Para el censo de 1864, ya la población de indígenas costarricenses se calculaba escuetamente entre 10 a 12 mil individuos, la gran mayoría viviendo en Talamanca y Guatuso. (Sojo, C. 2010) 

En 1862 en Madrid, España y un año más tarde en 1863 en New York, participamos en la feria mundial con un stand sobre Costa Rica. Nuestra imagen al mundo, lo que nuestros gestores después de la independencia y antes de la era de los liberales de 1870 deseaban dar a conocer al planeta. Fue nuestra carta de presentación de la recién conformada nación costarricense. Lo que llama la atención de este hecho es que todo el stand estaba dedicado a los indígenas, imágenes al óleo pintadas por S. Llorente, vasijas de barro decoradas en ocres y rojos, figuras antropomorfas de nuestra alfarería precolombina y criticadas imágenes zoomorfas de aves, ranas y escasos mamíferos, con un par de pequeñas figurillas de oro. (Science, 1863). ¿Porqué los primeros gobernantes, después de la bonanza económica que trajo el café, decidieron que la imagen del país fuera la herencia indígena que habían casi exterminado en menos de 100 años?

Respecto a los negros, citado por Carlos Sojo, el estudio de Tatiana Lobo y Mauricio Meléndez dice que también cayeron en el anonimato y el olvido, porque desde la conquista hubo población negra traída a Costa Rica y hasta comercio de esclavos en La Plaza de Cartago. (Lobo, T. 1997) pero su legado no ha sido documentado, no con tanta profundidad. Se recomienda la lectura de Quince Duncan, “El negro en Costa Rica”

Revivimos esta creencia de caucasidad con las migraciones masivas de los años ochentas y noventas, por parte de los nicaragüenses, porque hoy somos nuevamente una mezcla reciente. En el último censo la población afrodescendiente aumentó su autoidentificación un 400% respecto al censo 2000 (INEC 2011)

En 1872, con objeto de los intereses en construir el ferrocarril al atlántico, inmigran negros de Jamaica, creen venir temporalmente con fines solo económicos, por eso no se molestan en aprender el idioma,  porque además consideran la sociedad costarricense como más atrasada que la suya. De esta forma se comprende que aún en la actualidad la diferencia cultural a idiomática tiene zanjas muy profundas. 1000 negros y 500 chinos, que al cabo de 100 años llegan a sentirse plenamente costarricenses con una amplia herencia de aquellas primeras familias.

De manera que en términos étnicos, debemos cambiar la autopercepción de blancura caucásica, por la del mestizaje, nuestra realidad no está en el color de la piel, si no en la riqueza de genes que nos permiten cargar con herencias ancestrales grabadas en nuestro genoma. El orgullo de la etnia, ya no existe, ninguna de ellas es un hecho de orgullo o vergüenza por sí misma, si no, la cultura de los pueblos. Ese si es un tema de diferenciación, no así de escalas ni jerarquías, si no de rasgos distintos que brindan diversidad al mundo y enriquecen la humanidad.

Por otro lado, Carlos Sojo también critica la homogeneidad de la población, toda ella pobre, una igualdad social; “No es que todos seamos iguales, sino que todos vivimos igual sometidos a las mismas necesidades, agobiados por las mismas inclemencias. Vivimos igual y en condiciones precarias, humildemente.” (Sojo, C. 2010). Todo el mundo sembraba lo que comía, maíz, trigo, hortalizas, criaban ganado vacuno, caballar y de cerda. Incluso aquellos en puestos de gobierno, porque no había trabajo, pero sí tierra, de forma individual el costarricense aprendió a salir adelante, industrioso y artesano, independiente y luchador. Ciertamente una condición que se mantuvo desde la conquista.

Diego de la Haya en 1719: "No se ha podido descubrir de dónde tuvo (esta provincia), la derivación y título de Costa Rica, siendo tan sumamente pobre, en toda ella no se halla barbero, cirujano, médico ni botica; ni en la ciudad capital (Cartago)” (Láscariz, C. 1994) [7].

No obstante uno de nuestros conquistadores, Estrada Rávago al rededor del 1562 habla de la desgraciada Costa Rica, por los que en ella han gastado su hacienda. Abandona Costa Rica sin esperanza y sin dinero, pero tiempo después declara: 

“es la tierra más fértil…, de las mejores que están descubiertas, por darse, como se dan, plantas de Castilla y el trigo, y las demás semillas, con más fertilidad, que V.R. ha visto. Tiene muy grandes y espaciosas campiñas y valles. Críase y dase en ella el ganado, mejor que en parte alguna, por ser el temple tan bueno como es; y así se come la mejor carne del mundo, por participar el mejor cielo y suelo, y aguas que se puede imaginar.” (Rodríguez, E. 2013)

No habían minas, tesoros, riquezas que permitieran a los conquistadores desarrollar las instituciones económicas esclavistas de otras regiones. Además se suma el aislamiento, ya que Costa Rica siempre fue una frontera; éramos el territorio más apartado de la Capitanía General de Guatemala y del Virreinato Mejicano, y por el otro lado los virreinos y provincias del sur, también veían a nuestra región como la frontera norte. Históricamente las fronteras siempre han sido excluidas social y económicamente. 

Existía la percepción individual de los costarricenses como montañeses y rurales, lejanos a las aglomeraciones urbanas. Todos los centros de poder políticos y administrativos estaban lejos, las distancias no eran tan largas como en otras provincias, pero los accesos sí, el territorio no era amigable para el camino, basta con ver la realidad actual, criticada por los extranjeros que no comprenden - ¿porqué nuestras carreteras no son rectas o atravesando las montañas? -, porque todo lo hemos hecho al rededor de nuestra geografía, con cordilleras empinadas y sierras irregulares, al rededor de 112 volcanes y en medio de fincas inclinadas, mientras los campesinos se van equilibrando para no salir dando vueltas.

Desde finales del siglo XVI la costa atlántica era azotada por Piratas del Caribe, entre ellos Drake (1579). Lo que dificultaba el comercio justo.

Para 1601, se logra abrir un rústico camino de mulas bajando del valle por Aserrí hasta Quepos y pasando por la zona sur hasta Chiriquí en Panamá, que alivió un poco la pobreza colonial para exportar sebo, cuero, gallinas, ajos y cebollas.

La ausencia de metales se ilustra cuando en 1709 la Audiencia de Guatemala autoriza la circulación del Cacao como moneda, ya que era el cultivo más rentable durante el Siglo XVII y la primera mitad del SVIII hasta 1747, cuando comienza un descenso registrado hasta 1778. (Rodríguez, E. 2013)

A inicios del SVIII los españoles eran apenas un centenar, pero para finales del mismo se registraban 6000, podría entenderse que el auge del Cacao motivó a inmigrar a nuevos colonos. Pero los costos y las dificultades del transporte por tierra hacia Nicaragua y por hasta Colombia hizo que el negocio se abandonara.

Los dueños de las fincas vivían en Cartago y viajaban 2 veces al año, durante las cosechas, a la zona atlántica, donde eran trabajadas por esclavos negros o Indios en servidumbre. (Rodríguez, E. 2013)

Ahí comienza un intercambio comercial y delincuencia de parte de los Zambos mosquitos, que asaltaban las mulas del cacao y comerciaban con los ingleses del caribe provenientes de Jamaica y Curazao. Esta práctica ilícita permitía que las mulas llegaran al valle central con cargamentos diversos, que las autoridades, por alguna razón permitieron.

Dos siglos y medio duró nuestra colonia, hasta mediados de los 1800 en que inicia cierto auge en otras ciudades surgidas recientemente, como Villa Nueva de la Boca del Monte (San José) fundada en 1737, Cubujuquí (Heredia) fundada en 1706 o Villa hermosa (Alajuela) fundada en 1784. Pero desde los años 1500 los primeros españoles se asentaban en Cartago y Garcimuñoz, sin mucho arraigo, pues sentían que los poblados tendrían que ser abandonados. No obstante para 1620 que aparece un nuevo tipo de “encomienda de tributo” los propietarios logran adquirir esclavos y generar riqueza. Los nuevos colonos, unos 8000 en el siglo XVIII, años de 1700, que venían sin recursos, eran españoles que pasaban a ser de segunda clase, se asentaban lejos, en Barva, Aserrí y Pacaca.

Estas nuevas ciudades surgen por presión de las autoridades y el clero, con amenazas de excomunión o la quema de viviendas rurales. En este proceso tardaron decenios. Se sobreentiende que para que una ciudad funcionara como tal, debía tener habitantes, y las autoridades de la corona y la iglesia necesitaban ciudades para poder ejercer sus prácticas.

El aislamiento fue la base de la distribución de oportunidades y recursos en Costa Rica, por la experiencia de autogobernarse, por su lejanía y olvido. Hasta que llegaron las ideas de emprendimiento, en la poscolonia, con los cultivos exclusivos como el tabaco, cuyo estanco se promulgó en 1766 (Monopolio gubernamental en su siembra, venta y exportación) decretada desde Guatemala (Rodríguez, E. 2013); y con la llegada del café. Que trajo con sigo un acceso muy uniforme a las tierras de cultivo pues, sin dueño, hubo que colonizar las mejores y aptas para la fruta.

No hubo líderes oligarcas, hubo oportunidades para todos y del mismo modo desarrollo económico sin precedentes. Todavía en 1950  el coeficiente de Gini de la superficie cultivada de café era de 0,361. Dicho coeficiente mientras más se acerca a 1, es más desigual y mientras más se acerca a 0 es más perfecta la distribución. Si se considera que para El Salvador era de 0.660, Costa Rica era muy uniforme. Con el límite mayor en Cartago 0.591 y el menor en Alajuela con 0.339. (Sojo, C. 2010) 

Fué hasta 1812 que con la constitución de “Las Cortes de Cadiz”, que se les permite a las colonias, elegir ayuntamientos, se les da libertad para escribir, imprimir y publicar, ordena fundar escuelas primarias y fue entonces que en 1814 se funda la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, para impartir primeras letras (primaria), filosofía, gramática y sagrados cánones. Quiere decir que estuvimos 250 años viviendo sin poder cultivar las enseñanzas formales y aunque Fernando VII las disolvió en 1814, el primer impulso ya se había aprovechado.

En esos mismos años, inicios del Siglo XIX se le retira a Costa Rica el monopolio del Tabaco. Duro golpe para la economía nacional, no obstante, esos 50 años de bonanza permitió a avarios “pudientes” financiar algunas de las nuevas instituciones, como la casa de enseñanza. Esto también vino a impulsar una actividad sustituta que generara los recursos para las nuevas demandas de la población, fue entonces que se apostó por el Café. Lo que también favoreció, junto con el previo impulso del Tabaco, el aumento en población para la actual San José, con una cuarta parte de los habitantes, 60,000 muchos de ellos promovidos por el nuevo cultivo en tierras aptas.

Para las dos décadas previas a la independencia se explotaron minas de oro y plata en el Monte del Aguacate, una de las principales actividades económicas del país previo al cultivo del café, permitiendo la acumulación de capital, desigualmente distribuido; y la inmigración de mano de obra minera especializada que se queda en el país. Esta ilusión se desvanece para 1840, pero aquellos mineros se vuelven comerciantes prósperos y cafetaleros, además de aportar nuevos apellidos de renombre entre los ciudadanos. Este comercio, destinado a Jamaica e Inglaterra les abren créditos comerciales y relaciones de negocios que se aprovechan con el futuro cultivo cafetalero.

La casa de enseñanza de Santo Tomás tenía como rector a Rafael Francisco Osejo, quien, para 1821, cuando llegan las noticias de la independencia y el 13 de octubre cuando se aclaran los nublados del día, propone que se conformara una asamblea de Legados elegidos popularmente. Estos dictan el 1 de diciembre el Pacto de Concordia, la primer constitución de Costa Rica. La misma casa llega a ser La Universidad de Santo Tomás, en 1843, bajo el gobierno del presidente José María Alfaro, como el primer hito en la enseñanza del país. No obstante, aún está rezagado en el área frente a los cambios sociales y económicos que se estaban viviendo.

Tras la independencia, hubo años perdidos en procesos de miedo en que las provincias buscaban unirse en una República Federal de Centroamérica en 1824, pero para 1838 Braulio Carrillo retira definitivamente a Costa Rica de dicho organismo, después de Nicaragua y Honduras. Aspecto que no nos diferencia de los países hermanos, si no que nos hace similares.

Las diferencias políticas se acrecentaban entre imperialistas (cartagos y heredianos) quienes querían anexarse a México y republicanos (josefinos y alajuelenses) quienes querían permanecer independientes. Lo que termina el 5 de abril de 1823 con el enfrentamiento el ochomogo, con un saldo de 20 muertos y 40 heridos. Dando el triunfo a los repúblicanos al mando del alajuelense Gregorio José Ramírez, joven de 27 años, quien desde los 15, como marino viajó por el mundo enriqueciéndose de las ideas que en otras latitudes se estaban implantando. (Rodríguez, E. 2013)

Es también hasta el 25 de julio de 1824, que el ayuntamiento de Nicoya, quien había vivido de forma autónoma desde la conquista española 300 años antes, pero que tenía 37 años de ser un partido de la intendencia de Nicaragua; decide anexarse, aprovechando la tranquilidad política de Costa Rica, la urgencia por abrir el libre comercio con el golfo, la necesidad de impulsar la educación pública y la condición generalizada de pobreza en toda su región.

En 1832, el alemán Jorge Stiepel soldado de la guerra de Waterloo contra Napoleón, logra exportar unos quintales de café a Chile, despertando el interés por la clase alta que puede mirar hacia adelante. Ha vivido en suramérica y ha visto otras tierras y otros hombres. Es un ejemplo de que la visión más allá de lo tradicional, se logra cuando se viaja, se conoce y se interactúa.

En 1836, durante el gobierno de Braulio Carrillo llega de Guatemala el Licenciado Nazario Toledo, el primer médico que se radica en Costa Rica. Lo que muestra como el país estaba cambiando y también deja ver las carencias con las que vivió toda su colonia 330 años desde la conquista hasta la independencia. No obstante su ejercicio, no pudo enseñar por años, porque no habían hospitales, laboratorios o colaboradores adecuados.

“…gozado de la paz que da la armonía de hombres que viven bajo las mismas leyes: que en Costa Rica las clases más infelices cuentan con una propiedad que los hace relativamente ricos sin ambicionar los bienes ajenos; que el amor natural a la propiedad en sus habitantes los ha hecho industriosos y laboriosos…” Secretario General del Gobierno al Congreso Federal en 1838, don Francisco José Oreamuno (Sojo, C. 2010) 

Hasta entonces los costarricenses vivíamos sumidos en las fronteras, sin ver las oportunidades más allá de los límites. Otro extranjero William Le Lacheur capitán de la embarcación El Monarch, llegó por accidente a Caldera en 1843 y decidió viajar en mula al valle. Al llegar, el café ya era un cultivo importante y recoge en fianza por parte de los productores 5 500 quintales que se lleva a Londres, en una leyenda que Eugenio Rodríguez narra como inolvidable, porque en 1845 William regresa a Costa Rica trayendo el dinero de los cafetaleros y al año siguiente construye su casa en San José, es el inicio de la internacionalización del café y el cambio definitivo de la realidad nacional, cuando comienza a gestarse la nación con las bases económicas suficientes y repartidas entre la población, que modificó la “pobreza” del tico, por una riqueza bastante compartida.

Habían diferencias intelectuales que marcaban el rumbo del país en lo político y en lo económico; con un Estado cuya inversión vino a cambiar con los liberales desde 1870 hasta 1920 que pese a las desigualdades reinantes, lograron consensuar una imagen de horizontalidad en la sociedad, una ilusión de igualdad a la que Carlos Sojo llama “convivencia horizontal” ser distinto, tener más, pero no aparentarlo, de manera que todos compramos en los mismos supermercados, todos vamos a los mismos lugares de entretenimiento, todos compramos en las mismas tiendas. Aunque en la vida privada, seamos mucho más ostentosos que los otros. Fue la guerra de 1856 la que permitió que los intelectuales tomaran las riendas del rumbo del país y su identidad imaginada. (Molina, I. 2005) ejemplo de esa construcción fue el concurso de la letra del himno que favoreció a “labriegos y sencillos…, … en arma trocar”

Aquellos primeros intelectuales se forman acorde a sus recursos, viajando a Nicaragua y posteriormente algunos a Guatemala, porque las oportunidades en Costa Rica eran escasas durante inicios del los 1800, como nuestro primer Jefe de Estado, Juan Mora Fernández quien estudió en Nicaragua en 1804, maestro de primeras letras. Enfrentado a la dificultad de enseñar con las uñas, porque casi no habían libros, a no ser por los religiosos. Las clases altas y bajas, todas eran mayoritariamente iletradas. No es, hasta Braulio Carrillo, que se eliminan los diezmos, se instauran impuestos a las propiedades, se suprimen días de fiestas religiosas y se traslada la capital a San Juan Murciélago (Tibás). Esto provocó que las otras tres ciudades se opusieran para culminar en la “guerra de la Liga”, ganada por Carrillo. (Rodríguez, E. 2013)

Entre 1844 y 1846 surge una de las primeras instituciones públicas, “La Sociedad Económica Itineraria” que logra, a raíz del interés en las exportaciones del café, construir la carretera a Caldera, la primera de nuestra patria, con lo que el transporte del grano pasa de ser acarreado por mulas, a ser llevado por bueyes en carretas.

El tico comienza a intercambiar mercancías en los años de 1840 y con ellas también gente, costarricenses que viajan a rozarse con otros en los barcos que llegan a Europa y a traer inmigrantes que deciden aventurarse en nuestro país. Esto es otro rasgo cultural costarricense que nos diferenció del resto del istmo o de muchos otros países latinos, nuestro primer contacto no fue entre los países colonizados, de quienes siempre fuimos frontera y estuvimos aislados, si no directamente con los países europeos, de donde trajimos libros, conocimiento e ideas progresistas de la época. (Rodríguez, E. 2013)

Se observa ya a mediados del siglo XIX que la división de clases es muy notoria que “a falta de una nobleza hereditaria, es la plutocracia la que reina en Costa Rica” (Rodríguez, E. 2013) ¿qué tan diferente es hoy en día?, cuando sabemos que los apellidos foráneos lideran las cámaras, las asociaciones, los partidos, en fin, los titiriteros que saben mover los hilos del chivo expiatorio que hayan elegido para ser gobernante. Solo que hoy hay poderosos movimientos de izquierda que resisten al gobierno, que luchan por lograr un balance en las políticas económicas y sociales, pero que no miden los efectos a largo plazo, que miran los micro cegándose a los macro.

“lo costarricense. Sanciona tanto la exposición altanera de riqueza y posesiones como la propia mendicidad. Enaltece la humildad de los poderosos y el emprendimiento de los desposeídos.” (Sojo, C. 2010) 

“…por la educación ha de llegarse a la felicidad de todos” José María Castro Madriz, (Rodríguez, E. 2013)

1856 fue el evento que salvó a Costa Rica de ser añadido a los Estados Unidos, con una variante muy militarizada de lo que fue la adquisición de Texas, perdido por México de forma pacífica. Pero encaminada a lograr que estas tierras insignificantes y fronterizas pasaran a formar parte de una estrategia regional de dimensiones históricas. Juan Rafael Mora para 1856 con 1500 hombres sencillos que respondieron al llamado de las clases altas, convencidos de que Costa Rica y su auge de desarrollo económico estaba en peligro. Marcharon  el 11 de abril contra los filibusteros, otro hecho cultural e histórico importante para la identidad nacional. Que aunque ganamos, también provocó nuestra mayor epidemia, con 10 000 muertes por cólera, 7 veces más en dos meses de lo que La Covid-19 nos ha arrebatado en 6 meses, hasta octubre, durante este 2020. Un 10% de la población Costarricense.

Según opinión de Iván Molina, la aspiración de mayor control electoral fue  lo que motivó la eliminación del voto censitario y pasó al voto directo en 1913, cuando los partidos políticos desfavorecidos entre los votantes designados veían sus únicas posibilidades en el voto de las masas, con quienes aprendieron a comprometerse y por quienes incrementaron el gasto público a ritmo de dos dígitos porcentuales y el empleo público en un 2% aproximadamente, para poder satisfacer las promesas hechas al electorado.

En el siglo XX, los pobres en las artes, sí marcaban una diferencia social con aquellos que no tenían más que la homogeneidad del sistema educativo y social, mientras que los que iban más allá eran los que cultivan algún arte, escritura, música, dibujo… eran los diferentes.

Esto no dista mucho de la realidad contemporánea, en cuanto al aporte de las artes como diferenciador social y afortunadamente, al acceso de muchas más personas, quienes con talento, no requieren de mayores inversiones. Si bien es cierto la técnica artística puede mejorar con los equipos adecuados, con equipos rudimentarios alcanza para mostrar lo que nos diferencia.

No creo en la homogeneidad de toda la población, en un estado comunista compartido con iguales condiciones para todos, más creo en un estado que brinde esas oportunidades por igual, no para que el fin sea homogeneizar, si no para que el fin sea meritorio, diferenciados por el esfuerzo, la constancia y el talento. Como señalaba la “ley de bases y garantías” de 1841 “Todos los costarricenses son iguales ante la ley…, … las virtudes cívicas, las ciencias y los grandes servicios al Estado, los diferencian entre si” (Rodríguez, E. 2013)

Sin competencia no hay mejoramiento, sin exigencia no hay excelencia, sin oportunidades no hay progreso. Y no necesariamente esto se interpreta económicamente, puesto que los éxitos no siempre son monetarios, si no culturales, sociales, comunales, intelectuales, académicos, entre muchísimos otros. Esa ha sido la Costa Rica por muchos años, una en que las oportunidades existen para todos. Pero que hoy ya no funciona así.

Parafraseando a Ricardo Jiménez Oreamuno, presidente de Costa Rica en tres distintos períodos:

…el secreto de nuestra estabilidad política está en la gran subdivisión del trabajo; en que casi todos los ciudadanos tienen ocupación formal… Ayudemos al bienestar de los trabajadores dignamente; y será como si tomáramos una póliza de seguro contra las revueltas y el retroceso. (basado en Carlos Sojo, 2010).

Para mantener el control social que se deriva de un estado democrático consolidado, es necesario que haya una estructura económica que no violente el ideal identitario nacional, que para Costa Rica, siempre ha sido un ideal igualitario en oportunidades. Junto a una política que afirme dicha igualdad mediante la normativa.

Que la sociedad sienta que todos somos iguales en la teoría de los derechos, en el ejercicio de sus libertades, en el respeto de sus opiniones y en su representación del voto. Aunque hayan miles de excepciones, que el ciudadano sienta que puede contar con los mecanismos legales para hacer valer sus derechos y se sienta protegido. Para eso requiere de evidencias exitosas, de que eventualmente personas particulares o colectivas logran la equidad y la defensa. Aunque no sea siempre.

Creo que en ese sentido el aparato jurídico costarricense ha sido exitoso, pero perdiendo credibilidad constantemente, ante el segundo de los pilares del control; el económico.

La estructura económica violenta la percepción de la identidad costarricense, la desigualdad de salarios entre sectores de poder político y los sectores privados, crea zanjas infranqueables para mantener a la población satisfecha con el quehacer nacional.

Se quiere lograr repartir riqueza que no tenemos, oportunidades que están destinadas a intereses particulares, no se va a lograr desde la política. En el pasado hubo condiciones especiales que no son repetibles en la actualidad, no hay tal aislamiento ni tal pobreza generalizada. Ahora sí hay posibilidades de explotarnos los unos a los otros. Pero por lo menos, hay oportunidad de repartir trabajo, aunque igualmente estará marcado por las jerarquías. 

Creo que el homogeneizador sería la educación, pero hemos fallado mucho en ella también, con brechas entre la pública y privada que son insalvables con los resultados de los unos frente a los otros.

El tico, siente agravios políticos, no gusta de participar de comicios, cada año que pasa vemos como el abstencionismo termina por elegir nuestro presidente y la percepción de quehacer y de las razones que no motivan a formar parte del intrincado aparato estatal no han cambiado mucho desde el siglo XIX en que se citaron palabras con las que el costarricense, hoy podría sentirse identificado:

“… voy a cambiar el sencillo y risueño cuadro de mis negocios propios por el complicado laberinto de las solicitudes y de los muchos y difíciles asuntos de Estado… voy a sufrir los denuestos de la insolencia, el encono de la maldad, las acechanzas de la perfidia y las maquinaciones del traidor…”

José María Catro Mariz, 8 de mayo de 1847. (Rodríguez, E. 2013)

El sistema jurídico no es la excepción de estas diferencias, ya que se ha mostrado que violenta el ideario de igualdad económica abstracta que se consideraba socialmente, al negarse a acogerse a la homogeneización salarial que los haría parte del 70% de los ciudadanos de menor ingreso, que actualmente pertenecen amorfamente, al sector privado. Y digo amorfamente, porque hay excepciones en este sector, donde los ingresos son mucho mayores, al igual que el sector público donde hay personas con ingresos muy bajos. Pero que en términos generales, se mantienen con la diferencia marcada entre estos dos grupos.

La discusión nacional va más allá de la identidad costarricense, pero la violación a la percepción de igualdad social es uno de los factores claves en los fenómenos sociales que venimos masificando desde el 2018, año de las elecciones marcadas por odio-amor que polarizaron Costa Rica. Y que se acentuaron con las medidas fiscales del 2019 y desbordadas por las consecuencias de la pandemia de la COVID-19 del 2020. Que ya en números de la Encuesta de Hogares, ha pasado de 1/5 de la población en pobreza a 1/4. Un cambio visible a flor de piel, en las calles y barrios de la nación.

Además, la pobreza extrema pasó de 1/20 de la población a 1/15, mostrando daños irreversibles en la generación actual de ticos, porque no logramos ayudar a esta veinteava parte de compatriotas, lejos de eso, aumentaron, y las soluciones estructurales dejan en evidencia que no sirven, que se han vuelto contención más que reparación y que incluso han fallado en contener, porque han desmejorado.

Ante este escenario de desigualdades, las revueltas y repercusiones a la paz, serán el caldo de cultivo para una nueva identidad costarricense, llena de nostalgia por un pasado añorado, por una pobreza generalizada que ya no lo es más, por una distribución de oportunidades que ya ni siquiera se ve en nuestro sistema educativo, o nivel filial. La gente con posibilidades paga y agota sus recursos con tal de lograr pagar un colegio privado para sus hijos y que estos encuentren en ese ambiente de bonanza económica, no solo oportunidades de surgir profesionalmente si no sus parejas de vida, donde haya seguridad económica para los años venideros. No es solo el afán de aumentar las posibilidades profesionales, porque ya ha quedado claro que en el mercado laboral, los salarios del sector privado son desfavorecidos en Costa Rica.

Ha sido un retroceso al siglo XIX y los años de la colonia, en que la educación privada jugaba un papel preponderante en la formación, solo para aquellos ciudadanos que tenían los recursos para acceder a ella. (Rodríguez, E. 2013)

Respecto a la religión, ha sido un protagonista constante en la historia y el ser costarricense, ya que durante los 250 años de oscurantismo colonial, cuando no se permitía ni la lectura ni la escritura, solo circulaban libros religiosos, la institución fue la encargada y aún hoy se consulta, de registrar todos los nacimientos documentados del país. 

La iglesia fue una institución casi política que vio en las leyes liberales de 1884 el mayor ataque del sector secular público y estatal al predominio de sus prácticas, entre ellas la anulación del recaudo de los diezmos, la secularización de los cementerios, para poder tener derecho a enterrar, no solo a los católicos. Con la expulsión, en fechas cercanas, de los Jesuitas, que buscaban participar y apoderarse de los negocios que solo le incumbían al poder público. 

En 1894 participa con un partido político: La Unión Católica, quienes ganan las elecciones, aunque no por una mayoría absoluta; se lanzan a la revuelta y de forma agresiva se manifiestan en las calles, tanto que el propio candidato termina siendo encarcelado, de manera que en los segundos comicios se retiran por presiones de sus propios integrantes y por la presión oficial (los gobernantes), lo que demuestra que la ciudadanía costarricense, el tico, tiene raíces profundas con la religión que pueden tergiversar las realidades ajenas, si sus participantes deciden apelar a ella. (Rodríguez, E. 2013)

Ha sido una lección que no debemos olvidar, sin embargo lo repetimos 124 años después, en 2018, cuando se exacerban los sentimientos religiosos a nivel político, provocaron daños sociales. En las recientes elecciones llevaron al país a la encrucijada de tener que elegir a quienes no estaban preparados para gobernar, con tal de evitar una teocracia que provocaría daños más profundos, por gobernar con fines dogmáticos en vez de la pragmática cordura que se necesita ante la realidad nacional.

En 1895 se toman las medidas que evitan estas confrontaciones a futuro: “No se podrá, sin embargo, hacer en ninguna forma propaganda política por clérigos o seglares invocando motivos de religión o valiéndose, como medio, de las creencias religiosas del pueblo.”  (Rodríguez, E. 2013).

Queda en usted juzgar cómo en 2018 se violentó la ley de muchas formas y en muchas ocasiones y nadie supo como argumentar las denuncias para poder hacerlas efectivas.

De manera que podemos afirmar que el tico no es pobre generalizado, no es homogeneizado en su economía, hoy somos más desiguales que nunca, los ricos son muy ricos y hay menos y los pobres son más pobres y hay más de ellos. Somos mestizos auto identificados en un 84% (INEC, 2011), enriquecidos por muchas etnias, somos una cultura en cambio importante que debemos rescatar y dar forma. No estamos aislados en una burbuja, permeamos todo lo que llega del mundo, aun somos trabajadores, industriosos y esforzados además de religiosos, siempre lo hemos sido.

“En los acontecimientos de nuestra historia no se impone la lógica de los hechos si no la de las personas. De aquí que para entender lo nuestro se ha de comenzar por entender a las personas.”  Monseñor Víctor M. Sanabria. (Rodríguez, E. 2013)

La identidad del ser costarricense se fraguó en el siglo XIX, cuando teníamos patrona religiosa, educación formal pública, riqueza que repartir, estado que defender y hasta un héroe elegido a dedo como insignia de la clase baja, que más numerosa, necesitaba ser realzada. Juan Santamaría y la inauguración de su estatua el 15 de setiembre de 1891.

El pensamiento anarquista también surgió a finales del siglo XIX tal vez, según autores como Láscaris en 1964  sus “ideas se asemejaban bastante al individualismo costarricense”  [8] Hoy somos igual de individualistas, escudados bajo el discurso de la lucha por todos, luchamos por nuestros interese particulares. Por eso es que no hay consenso, si no división, porque no es un interés nacional, si no gremial.

La crisis financiera en la que Costa Rica está sumida en la actualidad, acrecentada por los efectos directos y colaterales de la pandemia de la COVID-19 se ha sufrido en peor medida a inicios del siglo pasado en 1914, cuando los ingresos del estado eran de 10 000 000 de colones, pero a raíz de la primera guerra mundial en 2016 los ingresos bajaron menos de la mitad, 4 500 000 de colones. No es la primera vez que hacemos frente a esta situación tampoco. El 58% de los ingresos provenían del impuesto a las importaciones.

Lo que tenemos que tener presente es la frases de Mario Sancho “(El dictador) no habría surgido, de no haberse dado las circunstancias que contribuyeron a su llegada al Ministerio primero y a la Presidencia después. La aparición de los tiranos no es un fenómeno casual” [9]

El dictador Tinoco aprovechó la crisis de la segunda guerra el 27 de enero de 1917, en comunión con la pandemia de gripe española, para llegar al poder; no repitamos lo mismo en las próximas elecciones, porque no habremos aprendido nada.

Al día siguiente, Tinoco convocó una asamblea constituyente, aquella que es capaz de reformar la constitución política, amplia a seis años el período de gobierno, el general Ministro de Guerra y Marina es proclamado presidente, se abandona el voto directo. Comienza un desorden financiero, abuso militarista y persecución implacable durante 30 meses. Todo viene de la mano cuando se elige sin pensar, al fragor de la contienda crítica social y económica.

Después, en 1929, la crisis financiera mundial repercute nuevamente en aumento de los alquileres, escasean las viviendas, bajan los precios del café y el cacao a nivel mundial, baja el valor de la moneda, hay una violenta restricción del crédito, aumenta el desempleo y las manifestaciones de protestas sociales, se aumentan los impuestos para hacer frente a la caída de la recaudación. Hay déficit, después de 7 años de superávit. A lo que Ricardo Jiménez Oreamuno en su tercer mandato en 1932, responde con medidas de protección, evitando los embargos, brindando apoyo económico a los más necesitados, se limita la jornada de trabajo para evitar las sobreexplotaciones, se decreta el salario mínimo y se intentan fundar colonias agrícolas con la idea de dar sustento, trabajo o subsistencia a los necesitados. (Rodríguez, E. 2013)

Un grupo de medidas similares a estas, podrían demostrar a la ciudadanía que el gobierno intenta paliar las consecuencias entre los grupos más desprotegidos, por ahora solo lo ha logrado con las ayudas económicas a los afectados por la Pandemia.

En mayo de 1942, bajo la administración de Calderón Guardia, se logra incluir el capítulo de las garantías sociales en la constitución política. Un éxito en tiempos en que las brechas sociales se estaban marcando con las desigualdades de explotación por parte de los patronos a la mano de obra.

Este tipo de garantías fortalecen el bien común, no el de las clases poderosas. No obstante como apunta el historiador Rodrigo Facio hacen falta “medidas de carácter complementario, económicas, fiscales y políticas, que tiendan a darles fundamento positivo u oportunidad para su real aplicación…” ósea que no se puede proteger y repartir beneficios sin riqueza que los solvente, en palabras de Pepe Mujica.

Guardia lo que se hizo fue crear inflación para poder financiar las reformas que se manifiesta en escasez de artículos de consumo y presión por la subida de precios. De manera que tampoco termina bien, las fuerzas extremas de bandos políticos fraccionan al país y desembocan en la guerra civil de 1948.

Después, comienza a gestarse la zanja actual en la que estamos metidos, ya que la actividad del Estado comienza a crecer de forma vertiginosa, con las nuevas instituciones y políticas, servicios públicos y obras de infraestructura. Sin embargo no logró una satisfactoria distribución del ingreso, porque los beneficios de servicios a la población fue solo un factor, mientras que los salarios vieron beneficios solo para los trabajadores públicos, pero el Estado no aguanta asumir la carga salarial completa y lo que al final queda en evidencia es que no todos pueden mejorar, y los que quedan fuera del aparato gubernamental sufren los mayores deterioros a la orden del capitalismo creciente.

La crisis de los 80 (con la baja del café y el aumento de los precios del petróleo) obligó a disminuir la inversión pública, pero el Estado se ató de manos con las legislaciones, con las protecciones que ahora no puede violentar. Los salarios no se vieron disminuidos y no hay mecanismos actuales que permitan los cambios estructurales de homogeneización de la mano de obra asalariada, la pública con la privada. Los cambios deben hacerse a nivel de ley y eso solo los legisladores pueden hacerlo, las protestas contra el poder ejecutivo o judicial tienen alcance limitado.

El problema de hoy es de clases sociales, estratos económicos, ricos y pobres y un estado cada vez más débil financieramente, parecido a hace 100 años; pero peor, porque en medio de la Pandemia, el Estado aumentó los pagos por “Salarios y otros pluses” a los empleados públicos en un 10% de marzo a julio del 2020, lo que provocó que la diferencia salarial con el sector privado fuera para esta fecha en más del doble. (Campos M, 2020). Pero si dejamos de violentar los derechos de otros, aprenderemos a respetar los propios, porque hoy nacen líderes peligrosos, parciales y extremistas que nos llevarán a retroceder en garantías sociales, décadas y que su inexperiencia macrofinanciera nos hundirán irremediablemente.

_______________________

[1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] Citado por Sojo, C. 2010

[8] [9] Citado por Rodríguez, E. 2013


Bibliografía:

Campos Michelle, (2020). Brecha entre salarios públicos y privados alcanzó su punto máximo en julio. La Nación, accesado en: https://www.nacion.com/el-pais/politica/brecha-entre-salarios-publicos-y-privados-alcanzo/AVP32A2HZRE5RAH3CD5F25PEMY/story/

Fernández Guardia, R. (2006). Crónicas Coloniales de Costa Rica. San José: EUNED. 

Fonseca, O. M.; Cooke, R. G. (1993). El sur de América Central: Contribución al estudio de la región histórica Chibcha. Carmack, R. M. (Ed.). (1993). Historia General de Centroamérica, Tomo I, Historia Antigua. Madrid: Comisión Especial del V Centenario-FLACSO. 

INEC, 2011, censo 2011, Instituto Costarricense de Estadísticas y Censos. 2011.

Kramer, W.; Lovell, G. W.; Lutz, C. H. (1993). La Conquista Española en Centroamérica. Pinto Soria, J. C. (Ed.). (1993). Historia General de Centroamérica, Tomo II, El Régimen Colonial (1524- 1750). Madrid: Comisión Especial del V Centenario-FLACSO. 

Láscariz, C. (1994). El Costarricense. San José: EDUCA.

Láscaris, Costantino. (1964). Ob. cit., 1964

Lobo, T.; Meléndez, M. (1997). Negros y Blancos, Todo Mezclado. San 

José: Universidad de Costa Rica.

Maar, W. (2004). Viaje a Centroamérica. San José: Universidad de Costa Rica.

Meléndez Obando, M. (1995). Descendientes mulatos de Juan 

Vázquez de Coronado. Trabajo presentado para la incorporación a la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas. Mimeo. 

Molina, I. (2005c). Paz social e identidad nacional en Costa Rica durante los siglos XIX y XX. Una introducción al problema. Istmo Revista virtual. 

Morera, B.; Barrantes, R. (1995). Genes e historia: el mestizaje en Costa Rica. Revista de Historia. N° 32. Costa Rica: Universidad de Costa Rica. 

Rodríguez Vega, Eugenio (2013). Biografía de Costa Rica, Costa Rica: Editorial Costa Rica.

Science (1863) Costa Rica at the Exposition. Science, Vol. 22, No. 561 (Nov. 3, 1893), p. 239. American Association for the Advancement of Science, Accesado el 15 de octubre del 2020 en: https://jstor.org/stable/1767241

Sojo, Carlos. (2010) LA IGUALDAD IMAGINADA, en Antología del pensamiento crítico costarricense contemporáneo. Editores: Montserrat Sagot and David Díaz Arias, CLACSO. Accesado el 15 de octubre del 2020 en: https://www.jstor.org/stable/j.ctvtxw1wh.21 




jueves, 21 de mayo de 2020

Debemos rescatar el camino de hace 50 años en Costa Rica, solo que actualizados...


Basado en este artículo, he aquí algunas deliberaciones:


En la actualidad se aplica el modelo económico Neoliberal que está basado en una gran desigualdad y que el modelo capitalista se basa en el uso de la riqueza de los ricos para fortalecer los sistemas productivos entre los pobres y que estos a su vez vuelven a bombear riqueza que va a las manos de los Ricos, de vuelta.

Esto es lo que yo siempre he llamado “Isostacia Social”, es el fenómeno actual, que dice, en mis propias palabras que para que haya ricos, deben haber pobres y para que salgan los pobres de su estado, otros deben caer en su lugar para mantener el movimiento de la riqueza, que no llega jamás a un equilibrio, porque la Isostacia es una constante, como lo en la tierra, lo es en la sociedad.

De hecho por definición el rico solo puede ser rico en un mundo donde haya pobreza, ya que sin contraste no existiría como “diferenciador” en un mundo donde todos son ricos, nadie lo es realmente.

-El capitalismo financiero es la verdadera enfermedad- según Paul Mason, quien explica que en 2008 se solucionó la crisis con mas dinero, ósea enfermedad (Crisis) con más enfermedad (deuda),  y ahora la situación se repite solucionando la crisis (económica) que causa el COVID-19 con inyección de capital, falta de dinero, con mayor deuda. Es un círculo vicioso.

Paul Mason pide “rechazar la austeridad” para no golpear a los más débiles. Porque las medidas austeras favorecen que los focos de pobreza sigan existiendo.

“Si un gobierno pone a circular más dinero, pero al mismo tiempo baja salarios, reduce gasto, el único lugar a donde iría el dinero es hacia los más ricos.” 

Por eso es que endeudarse más, ósea atraer más dinero y reducir el gasto, inyecta dinero al mercado para reactivarlo, pero si los pobres no tienen condiciones para circularlo, circula y se almacena en los más ricos.

Lo que recomienda Paul es una fuerte intervención estatal, comprar compañías y cerrar la economía, no dejarla al libre mercado. Una economía totalitaria… o en palabras menos disonantes, un estado empresario.

Parece y creo lo mismo, la normalidad no va a regresar, por lo tanto Paul recomienda 3 cosas:

1- Que el gobierno tenga participación en todos los mercados estratégicos, como el sector alimenticio, servicios, transportes, combustibles, energía; básicamente lo que ya Costa Rica tiene participando con el estado y el mercado, no obstante, deberá ejercer un mayor control, volviendo al estado empresario y benefactor, paternalista, pero que sepa ser eficiente que es lo que ha perdido con los años cuando no tenía competencia y sangraba al sector privado que se ha visto en clara desventaja en relación a las condiciones de su fuerza laboral. Ya que Costa Rica tenía antes de la Pandemia un 80% de trabajadores en el sector privado que ganaban como media menos de $1000 mensuales, mientras que el 20% de los empleados públicos ganaban, sumando “pluses” y beneficios negociados cantidades mucho mayores.

2- El estado debe, a partir de hoy, no recaudar dinero para pagar sus salarios, si no para garantizar servicios gratuitos universales en salud, educación, incluso universitaria, vivienda y transporte. Que en alguna medida Costa Rica, ya hace, pero peca en el pago de salarios desmedidos a la mayoría de su planilla.

3- Que los bancos centrales compren deuda del estado, ósea que nos prestemos a nosotros mismos, que el dinero gire en torno nuestro, con la posibilidad de que sea pagado por generaciones futuras, no las actuales, esto detendría la Isostacia social que responde a la economía de mercado, es como estabilizar las clases sociales hasta que se armonicen en recursos equiparados.

Las posibilidades actuales se abren en educación y entretenimiento… la animación, la virtualización, la fantasía, la alternativa a la realidad pasa a ser de nuevo una oportunidad. Cuando todos los medios excesivamente realistas nos acercaban a otras vivencias, de culturas, de gente, de familias, con realidades “actuadas” o las de moda “faltas de guión” como los realities, ahora se abre la posibilidad para estimular la imaginación con audiovisuales cuyas narrativas logren volver a retar a las mentes. Pues no se pueden grabar a personas actuando, en escenarios reales o trasladándose a locaciones diversas. Ahora todo es en estudio y con el mínimo de personal para evitar los contagios. Es la producción artística con recursos distintos lo que fomenta la creatividad.

No obstante, la televisión artesanal no es atractiva, la radio con mal sonido en transmisiones por llamadas desde los hogares suenan terrible, se pierde la naturalidad y la gente se cansa de ver enlatados porque no se graba nada nuevo.

Si alguien retoma estos medios con producción de calidad en los nuevos entornos, con edición correcta o transmisión en vivo, mejorando la calidad, sin guiones acartonados si no esquemas guía que te permitan hablar fluido, pero espontáneo, esa es una oportunidad sin igual.

En todas las revoluciones, los nuevos inventos destruyen o lesionan los anteriores. En la tecnología de la información, esa destrucción es acelerada, más que la creación de nuevas opciones, hay un des balance que crea un embudo, donde son muchos los que entran pero pocos los que pasan al otro lado. Quedan en el camino iniciativas que venían siendo muy bien remuneradas y pasan a valer nada.

Incluso mucho del desarrollo de software está automatizado, con bases de programación que solo se eligen y se ordenan para formar nuevas opciones. Así que incluso esos ingenieros de inicio, han quedado sin demanda.

La tecnología de la información reduce las posibilidades de ganar dinero de forma fácil. Y crea un efecto de redes en cadena que a su vez produce mucho nuevo material. El reto es aprovechar ese material desorganizado y sin aparente valor comercial. El capitalismo ve difícil aprovechar la era de la información porque sus motivaciones son contrarias en si mismas: “generar capital y protegerlo” vs la era de la información que busca “masificar los mensajes sin restricción” en una selva de difusiones para lograr ser el único que realmente logre “comunicar”, entiéndase como el mensaje más compartido, y per se, es significa libre de derechos de autor patrimoniales y en la mayoría de los casos ni siquiera morales, porque se pierden los autores y todos los que comparten, toman pasa si mismos los méritos de lo que envían. ¿Cómo llegar a controlar estas catarsis en provecho de una nueva era de oportunidades económicas?

Hay que reconocer que grandes proporciones de lo que hacemos hoy en día, quedan fuera del fenómeno de ¨generar ganancias” que es lo que busca el capitalismo. Basta con citar los derechos de autor, que se ven violentados a diario en la era de la información, las fotografías ya no conservan autorías, las canciones ya no se compran, a lo sumo se alquilan, los vídeos de calidad son ahora masivos y gratis, se van eliminando las posibilidades de lucrar con la producción artística, porque incluso el cine frente a la pandemia ya no permite recuperar la inversión de las super producciones a las que estábamos acostumbrados.

Lo primero que debemos cambiar y no por efecto reactivo por las masas, es calladamente lograr ser más verdes, que no hayan focos de pobreza y acabar con la especulación financiera, que es dinero falso de mercados intangibles que hacen millonarios a muchos sin merecerlo.

Según John Cornford, inglés que luchó en la guerra civil española: “La historia no es plastilina sino rugientes arenas”, lo que se interpreta, como que “la historia la escribe el vencedor, no el bueno ni el malo, si no el que gana”. Y que si no hay luchas no hay cambios históricos. Seríamos siempre los mismos.

En el período que viene la gente, dice Paul, se aferrará a lo que vivieron por 20 años, querrán volver a lo mismo, pero no hay marcha atrás. Y los países más exitosos serán los que aprendan a desglobalizarse y los primeros que lo aprendan serán los que menos sufran.

Debe haber un nuevo acuerdo social entre los propietarios de la tierra y los empresarios y el estado, y evitar los conflictos con la población.

Por Minos, 20-05-20

miércoles, 22 de abril de 2020


Aceleración de la Historia
22-4-20
Basado en el artículo de BBC en la entrevista a Richard Hass, estas son mis consideraciones:

Según Richard Hass presidente del _Council of Foreing Relations_ en EEUU Se dan las aceleraciones cuando hay crisis importantes, como las depresiones y recesiones económicas y los atentados como los del 9-11, hechos que afectan al mundo y aceleran políticas por la demanda de acciones frente a las crisis.

*Hechos históricos que se aceleraron:*

1- *La separación y distanciamiento de Estados Unidos de la escena mundial*, abandonando el liderazgo que tenía. Resultado de años de políticas que no han sido congruentes con los resultados económicos que se esperaban y que la población considera como su “índice de desarrollo Humano” Se supone que en ese aspecto dichos indicadores, cuando son bajos son un termómetro de desigualdad y carencia de beneficios concretos que se traducen siempre en dinero.

2- *Los organismos de Gobierno mundial demostraron que son inadecuados*, la OMS y otras, en tratar los conflictos internacionales que han surgido. Ya se veían venir como inoperantes, pero la pandemia ha sido el mejor de los ejemplos.
Han guardado distancia en los conflictos militares, no han podido ejercer fuerzas sobre los tratados internacionales, no han sido “Gobiernos Ejecutivos” como alguna vez pudo entenderse, si no organismos de “buena voluntad” donde se sugieren cosas, pero al margen de la soberanía de las naciones, y ni aún así, las sugerencias han sido fuertes, porque la desigualdad de los participantes ha hecho que existan más diferencias que similitudes culturales y económicas entre los participantes.
Porque fueron pensados de forma capitalista con tendencia centrista entre la izquierda y la derecha, pero con esa base de mercado, la competencia y los éxitos de unos se traducen en fracasos de otros, el cimiento era desigual _per se_, con la única ventaja global de que se mantuvo con una paz generalizada que permitió que fungieran como mamparas de un sistema oculto distinto al ideal.

3- *El conflicto USA vs China*, que ya tenía grandes problemas, ahora se incrementan y se polarizan más en el mundo, cuando otras naciones también señalan a unos y a otros durante esta pandemia.
Han aprovechado la coyuntura para atacar y defenderse para jugar con las reglas permitidas y ganar terreno según sus intereses y donde el resto del mundo no puede ser tan protagónico porque las dimensiones de los dos gigantes no son ni cercanas a las de ninguna otra nación.
Nuevamente lleva a cuestionarnos, si la Globalización es sostenible bajo los preceptos de un mercado de comercio, como siempre ha buscado el ser humano, pero que lleva a colapsos esporádicos, cuando las circunstancias del entorno cambian:
¿Sería una opción autoabastecerse y solventar las necesidades con los recursos locales de cada nación? o por lo menos ¿mantener los mercados comerciales con tamaño controlado de manera que ninguno de los integrantes desestabilice al conglomerado?

4- *La Democracia se debilita en el mundo*, porque se usa la Pandemia como instrumento para debilitar a la sociedad civil en cuanto a derechos y; es una opinión; que el mejor ejemplo son los estados de emergencia que muestran como en España se han podido limitar los derechos civiles y como en EEUU Trump utiliza el recurso en favor de sus ideales políticos con la *prohibición de inmigración*, solo por poner dos ejemplos, pero en muchas partes del mundo ya se está viendo cómo toman el poder ideas contrarias a la libertad, con la excusa oportuna y real de combatir la pandemia, para ello no hay crítica, si no para el subtexto y las intenciones subyacentes que podrían buscar legitimarse en este proceso y prevalecer una vez que se haya superado la crisis mundial.

5- *El debilitamiento del proyecto de Europa*, de cimientos para la Unión Europea, donde se están polarizando el norte y el sur, según palabras de Richard Hass, muestra ejemplos del _“Sálvese quien pueda”_ con la restricción de tránsito entre naciones y con los equipos se seguridad médica que son retenidos y egoístamente administrados durante el paso de un país para llegar a otro.

En estos dos puntos el 4 y el 5, Alemania y su gobierno actual muestran claramente su posición contraria, intentando no limitar las libertades, manifestando su aprendizaje y recuerdo de la segunda guerra mundial junto a la convicción de jamás repetir el irrespeto a los derechos y más aún, muestra la solidaridad que es una de las bases de la Unión Europea en que ofrece hacerse cargo de los enfermos del Coronavirus de los otros países de la zona, ya que han demostrado que son capaces de atenderlos de mejor manera.

6- *La desglobalización*, parafraseando la entrevista, en el sentido de la pérdida de dirección en busca de beneficios globales, porque hablan de la falta de atención y de recursos de la agenda de temas mundiales, como el cambio climático y la misma pandemia, donde cada país se centra en su patio y se olvida del vecino. Temas que antes habían logrado la mirada del mundo ahora pasan a salir de la lista. Posiblemente se retomen al final, pero esto ha sido contrario a la tendencia que el Globo tenía. O se acelera la historia en este sentido o más bien se desacelera inesperada y perjudicialmente.

7- *Repetición la historia del fin de la Primera Guerra Mundial*, ya que, a diferencia de la segunda guerra en que el mundo entero estaba casi al unísono clamando por el cambio en respuesta a las atrocidades vividas, una unión se respiraba en el ámbito internacional y también habían claros líderes que mostraban el camino de forma aceptada y legitimada; cuando nació la ONU con las mejores intenciones de reparar el mundo, pero lo que dice el señor Hass es que las apariencias muestran que va a ser como en la primera guerra, que el mundo quedó dividido, quebrado, sin un liderazgo claro y con la pobreza y escasez de recursos que fue la tierra fértil de los errores que nos llevaron a la segunda guerra.

Respecto a América Latina, nos mira con privilegio, de ser una región del mundo que no está geopolitizada o en guerra; que los problemas son internos, como siempre lo han sido, de la búsqueda de buenos gobiernos y del conflicto entre los sectores privado con el público que venimos arrastrando. Pero con el desafortunado escenario que los dos países más poderosos de la región Brasil y México han sido laxos en su contención y respuesta a la Pandemia y esto puede permearse con consecuencias para las otras naciones latinas.

Minor Jiménez Guevara, abril 2020
¿Qué significa que "la Historia se esté acelerando" por la crisis del coronavirus?
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52314527


domingo, 26 de mayo de 2013

Costa Rica ¿es expedito?

Hoy en la mañana escuché tras de mi en spoon de Lindora, una conversación que me explica en parte porque los ticos no sabemos prosperar en los negocios desde el punto de vista tecnológico.
El sujeto le ofrecía a su cliente un servicio de producción de páginas web. Él era vendedor de sitios web, no productor, ni artista ni mucho menos, era vendedor.
Dejando eso claro describo que lo único que escuché fueron términos técnicos que el cliente nisiquiera entiende, escuché como le ofrecía al pobre cliente si lo que quería era flash o HTML 5, que cada uno ofrece recursos distintos.
Yo a mis clientes les pregunto ¿qué quieren? Y no les complico la existencia tratando de explicar cosas que no me van a entender, de hecho para eso me contratan, les ofrezco soluciones para lo que quieren y no los agobio con tecnicismos.
Este ejemplo me lleva a pensar la razón por la que Costa Rica no despega en el área tecnológica, porque podría ahorrar tiempo y recursos y agilizar el crecimiento y los proyectos si nos enfocáramos al servicio expedito, no a la verborragia y demagogia de los vendedores que en su intermedio hacen los procesos mucho más largos y engorrosos.

viernes, 20 de julio de 2012

Gramática 2009 RAE

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS MÁS FRECUENTES
Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010)

Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario
Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario
Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al español (quorum > cuórum)
Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos: guion, truhan, fie, liais, etc.
Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad
Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre cifras
Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)
Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos, incluidas las locuciones

Leísmo, laísmo, loísmo
Había muchas personas, ha habido quejas, hubo problemas
Hubieron
Habemos
Se venden casas, Se buscan actores frente a Se busca a los culpables
Detrás de mí, encima de mí, al lado mío
Dobles participios: imprimido/impreso, freído/frito, proveído/provisto
Doble negación: no vino nadie, no hice nada, no tengo ninguna
Infinitivo por imperativo
El agua, esta agua, mucha agua
Ir por agua o ir a por agua
Sustantivo + a + infinitivo: temas a tratar, problemas a resolver, etc.
Mayor / más mayor
Palabras clave o palabras claves, copias pirata o copias piratas
La mayoría de los manifestantes, el resto de los alumnos, la mitad de los presentes, etc. + verbo
Veintiuna personas, veintiuno por ciento
Veintiuna mil personas o veintiún mil personas
Los miles de personas
Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas
India o la India, de Perú o del Perú
Plural de las siglas: las ONG, unos DVD
Tilde en las mayúsculas
Tilde en solo
Tilde en los demostrativos este, ese, aquel, etc.
Tilde en las formas verbales con pronombres átonos: deme, estate, mirándolo, etc.
Tilde en qué, cuál/es, quién/es, cómo, cuán, cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y adónde
Porqué / porque / por qué / por que
A ver / haber
Has / haz
Halla / haya / aya
Echo, echa, echas / hecho, hecha, hechas
El abecedario y los dígrafos ch y ll
Mayúscula o minúscula en los meses, los días de la semana y las estaciones del año
Normas para la escritura de prefijos
Ortografía de los signos de interrogación y exclamación
Cambio de la y copulativa en e
Cambio de la o disyuntiva en u
División silábica y ortográfica de palabras con tl
De 2007 o del 2007
Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010)

Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario
Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.

La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español. Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente, en que dejan de contarse entre las letras del abecedario.

Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.

Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario
Algunas de las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en diferentes zonas del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común. El nombre común recomendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de cada letra.

a, A b, B c, C d, D e, E f, F g, G h, H i, I
a be ce de e efe ge hache i

j, J k, K l, L m, M n, N ñ, Ñ o, O p, P q, Q
jota ka ele eme ene eñe o pe cu

r, R s, S t, T u, U v, V w, W x, X y, Y z, Z
erre ese te u uve uve doble equis ye zeta
La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con vigencia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a continuación se comentan:

La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es el único empleado en España, pero también es conocido y usado en buena parte de América, donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los hispanohablantes que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica, chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente igual. El hecho de que el nombre uve se distinga sin necesidad de añadidos del nombre de la letra b justifica su elección como la denominación recomendada para la v en todo el ámbito hispánico.
La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes que utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve (corta, chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para la b las denominaciones complejas be larga, be grande o be alta, añadiendo en cada caso el adjetivo opuesto al que emplean para referirse a la v.
La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble uve, doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da preferencia a la denominación uve doble por ser uve el nombre común recomendado para la letra v y ser más natural en español la colocación pospuesta de los adjetivos.
La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del latino, es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y refleja su origen y su empleo inicial en préstamos del griego. El nombre ye se creó en la segunda mitad del siglo xix por aplicación del patrón denominativo que siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad, ya que se diferencia, sin necesidad de especificadores, del nombre de la letra i.
La letra i, cuyo nombre es i, recibe también la denominación de i latina para distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la denominación tradicional de i griega.
A diferencia de las variantes denominativas que se acaban de exponer, todas ellas válidas, no se consideran hoy aceptables los nombres alternativos que han recibido algunas otras letras en el pasado; así, se aconseja desechar definitivamente el nombre ere para la r, así como las formas ceta, ceda y zeda para la z. Los únicos nombres válidos hoy para estas letras son, respectivamente, erre y zeta.

Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al español (quorum > cuórum)
En el sistema ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i (queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta [kuénta], acné [akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas también puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke [karaóke], kilo [kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo], búnker [búnker], anorak [anorák]).

Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark, cuásar, cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q, estas voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.

Aunque en el ámbito de los nombres propios (antropónimos y topónimos) es frecuente el uso de grafías originarias no adaptadas o —si los nombres provienen de lenguas que emplean otro alfabeto u otro sistema de escritura, como el árabe, el hebreo o el chino— de transliteraciones de las grafías originarias al alfabeto latino, sin adaptaciones ulteriores, en el caso de los topónimos mayores, como son los nombres de países, es conveniente usar grafías plenamente adaptadas a la ortografía del español. Por ello, aplicando la misma norma que para los nombres comunes, se recomienda emplear con preferencia las grafías Catar e Irak para los nombres de esos dos países árabes, mejor que Qatar e Iraq, transcripciones de los originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema ortográfico del español.

Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos: guion, truhan, fie, liais, etc.
Para poder aplicar con propiedad las reglas de acentuación gráfica del español es necesario determinar previamente la división de las palabras en sílabas. Y para dividir silábicamente las palabras que contienen secuencias de vocales es preciso saber si dichas vocales se articulan dentro de la misma sílaba, como diptongos o triptongos (vais, o.pioi.de), o en sílabas distintas, como hiatos (lí.ne.a, ta.o.ís.ta).

Al no existir uniformidad entre los hispanohablantes en la manera de articular muchas secuencias vocálicas, ya que a menudo, incluso tratándose de las mismas palabras, unos hablantes pronuncian las vocales contiguas dentro de la misma sílaba y otros en sílabas distintas, la ortografía académica estableció ya en 1999 una serie de convenciones para fijar qué combinaciones vocálicas deben considerarse siempre diptongos o triptongos y cuáles siempre hiatos a la hora de aplicar las reglas de acentuación gráfica, con el fin de garantizar la unidad en la representación escrita de las voces que contienen este tipo de secuencias.

De acuerdo con dichas convenciones, y con independencia de cuál sea su articulación real en palabras concretas, se consideran siempre diptongos a efectos ortográficos las combinaciones siguientes:

Vocal abierta (/a/, /e/, /o/) seguida o precedida de vocal cerrada átona (/i/, /u/): estabais, confiar, diario, afeitar, viento, pie, doy, guion, aunar, acuario, actuado, reunir, sueño, estadounidense, antiguo.

Dos vocales cerradas distintas (/i/, /u/): triunfo, incluido, diurno, huir, viuda, ruido.

Del mismo modo, se consideran siempre triptongos a efectos ortográficos las secuencias constituidas por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas: confiáis, actuáis, puntuéis, guau.

Como consecuencia de la aplicación de estas convenciones, un grupo limitado de palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar bisílabas (además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal) en la pronunciación de buena parte de los hispanohablantes —los que articulan con hiato las combinaciones vocálicas que contienen— pasan a considerarse monosílabas a efectos de acentuación gráfica, conforme a su pronunciación real por otra gran parte de los hispanohablantes —los que articulan esas mismas combinaciones como diptongos o triptongos—, y a escribirse, por ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo los que llevan tilde diacrítica.

Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio (pron. [krié], [krió]), criais, crieis y las de voseo crias, cria (pron. [kriás], [kriá]), de criar; fie, fio (pron. [fié], [fió]), fiais, fieis y las de voseo fias, fia (pron. [fiás], [fiá]), de fiar; flui, fluis (de fluir); frio (pron. [frió]), friais, de freír; frui, fruis (de fruir); guie, guio (pron. [gié], [gió]), guiais, guieis y las de voseo guias, guia (pron. [giás], [giá]), de guiar; hui, huis (de huir); lie, lio (pron. [lié], [lió]), liais, lieis y las de voseo lias, lia (pron. [liás], [liá]), de liar; pie, pio (pron. [pié], [pió]), piais, pieis y las de voseo pias, pia (pron. [piás], [piá]), de piar; rio (pron. [rió]), riais, de reír; sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion.

Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a considerarse monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos ortográficos deben escribirse ahora obligatoriamente sin tilde.

Esta convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.

Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad
La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).

Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.

Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre cifras
Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o – en la casilla correspondiente.

Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)
Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.

Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:

Se escriben siempre soldados a la base a la que afectan cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti-cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco (anti mafia, anti cancerígeno). Si se forma una palabra anteponiendo a la base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.

Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov, pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.

Se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.

Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.

Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición de la ortografía, ex- debe someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.

Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos, incluidas las locuciones
En la nueva ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se emplean en textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras lenguas, siendo la principal novedad en este sentido la equiparación en el tratamiento ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas (latinismos).

De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados —aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En cambio, los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas de acentuación gráfica del español:

Me encanta el ballet clásico / Me encanta el balé clásico.
Juego al paddle todos los domingos / Juego al pádel todos los domingos
La reunión se suspendió por falta de quorum / La reunión se suspendió por falta de cuórum.

Así pues, según la nueva ortografía, y tal como ilustra el último ejemplo, los préstamos del latín solo se escribirán en letra redonda y con sometimiento a las reglas de acentuación gráfica del español cuando estén completamente adaptados a nuestro sistema ortográfico, al igual que se hace con los préstamos de otros idiomas.

Por su parte, las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos españoles deben escribirse igualmente en cursiva —o, en su defecto, entre comillas— para señalar su carácter foráneo, su consideración de incrustaciones de otros idiomas en nuestra lengua:

La historia tuvo un happy end de película.
Su bien ganada fama de femme fatale le abría todas las puertas.
La tensión fue in crescendo hasta que, finalmente, estalló el conflicto.

Según se establece en la nueva edición de la ortografía, las locuciones latinas (expresiones pluriverbales fijas en latín que se utilizan en todas las lenguas de cultura occidentales, incluido el español, con un sentido más o menos cercano al significado literal latino) deben recibir el mismo tratamiento ortográfico que las provenientes de cualquier otra lengua. Por lo tanto, deben escribirse, de acuerdo con su carácter de expresiones foráneas, en cursiva (o entre comillas) y sin acentos gráficos, ya que estos no existen en la escritura latina:

Así fue, grosso modo, como acabó aquel asunto.
Se casó in articulo mortis con su novia de toda la vida.
Renunció motu proprio a todos sus privilegios.
Decidieron aplazar sine die las negociaciones.
El examen post mortem reveló indicios de envenenamiento.
Las grandes potencias eran partidarias de mantener el statu quo.

Nota: Las próximas ediciones del diccionario académico (DRAE) y el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) reflejarán todas estas novedades.

Leísmo, laísmo, loísmo

Para usar adecuadamente los pronombres átonos de 3.ª persona lo(s), la(s), le(s) según la norma culta del español general, debe tenerse en cuenta, en primer lugar, la función sintáctica que desempeña el pronombre y, en segundo lugar, el género y el número gramatical de la palabra a la que se refiere. En el siguiente cuadro se muestra la distribución de formas y funciones de estos pronombres:


singular

plural

3.ª pers.

compl. directo

masc.

lo

(también le, cuando el referente es un hombre)1

los

fem.

la

las

neutro

lo

¾

compl. indirecto

le

(o se ante otro pron. átono)

les

(o se ante otro pron. átono)

1 En el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (RAE, 1973) se condena el leísmo referido a cosa, pero se permite el referido a persona masculina singular; el leísmo plural siempre ha sido censurado por la Academia, ya que su baja incidencia desde los textos castellanos más antiguos atestigua que tampoco lo ha sancionado nunca mayoritariamente el uso de los hablantes cultos.

A continuación se expone de forma sucinta la norma que rige el empleo de estos pronombres:

Cuando el pronombre desempeña la función de complemento directo, deben usarse las formas lo, los para el masculino (singular y plural, respectivamente) y la, las para el femenino (singular y plural, respectivamente):

¿Has visto a Juan? Sí, lo vi ayer.
¿Has visto a Juan y a los niños? Sí, los he visto en el parque.
Compré la medicina y se la di sin que nadie me viera.
¿Has recogido a las niñas? Sí, las recogí antes de ir al taller.

[Dada la gran extensión en el uso de los hablantes cultos de ciertas zonas de España de la forma le cuando el referente es un hombre, se admite, únicamente para el masculino singular, el uso de le en función de complemento directo de persona: ¿Has visto a Jorge? Sí, le vi ayer en el parque].

Cuando el pronombre desempeña la función de complemento indirecto, deben usarse las formas le, les (singular y plural, respectivamente), cualquiera que sea el género de la palabra a la que se refiera:

Le pedí disculpas a mi madre.
Le dije a su hermana que viniera.
Les di un regalo a los niños.


A pesar de la aparente simplicidad del sistema, existen casos excepcionales o aparentemente excepcionales dentro de la norma, así como una enorme variedad en cuanto a los usos efectivos en las distintas zonas hispanohablantes. Si se desea información pormenorizada, pueden consultarse los artículos LEÍSMO, LAÍSMO y LOÍSMO del Diccionario panhispánico de dudas, así como las entradas dedicadas a verbos que plantean problemas a los hablantes en cuanto a la selección de los pronombres átonos de tercera persona (avisar, ayudar, curar, disparar, escribir, llamar, molestar, obedecer, pegar, saludar, etc.).

Había muchas personas, ha habido quejas, hubo problemas

Cuando el verbo haber se emplea para denotar la mera presencia o existencia de personas o cosas, funciona como impersonal y, por lo tanto, se usa solamente en tercera persona del singular (que en el presente de indicativo adopta la forma especial hay: Hay muchos niños en el parque). En estos casos, el elemento nominal que acompaña al verbo no es el sujeto (los verbos impersonales carecen de sujeto), sino el complemento directo. En consecuencia, es erróneo poner el verbo en plural cuando el elemento nominal se refiere a varias personas o cosas, ya que la concordancia del verbo la determina el sujeto, nunca el complemento directo. Así, oraciones como Habían muchas personas en la sala, Han habido algunas quejas o Hubieron problemas para entrar al concierto son incorrectas; debe decirse Había muchas personas en la sala, Ha habido algunas quejas, Hubo problemas para entrar al concierto.

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v haber, 4].

Hubieron

La forma verbal hubieron es la que corresponde a la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo del verbo haber: hube, hubiste, hubo, hubimos, hubisteis, hubieron.

USOS CORRECTOS:

Esta forma verbal se emplea, correctamente, en los casos siguientes:

Para formar, seguida del participio del verbo que se está conjugando, la tercera persona del plural del tiempo compuesto denominado pretérito anterior o antepretérito de indicativo: hubieron terminado, hubieron comido, hubieron salido. Este tiempo indica que la acción denotada por el verbo ha ocurrido en un momento inmediatamente anterior al de otra acción sucedida también en el pasado: Cuando todos hubieron terminado, se marcharon a sus casas; Apenas hubieron traspasado el umbral, la puerta se cerró de golpe. En el uso actual, este tiempo verbal aparece siempre precedido de nexos como cuando, tan pronto como, una vez que, después (de) que, hasta que, luego que, así que, no bien, apenas. Prácticamente no se emplea en la lengua oral y es hoy raro también en la escrita, pues en su lugar suele usarse, bien el pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo (Cuando todos terminaron, se marcharon a sus casas), bien el pretérito pluscuamperfecto o antecopretérito de indicativo (Apenas habían traspasado el umbral, la puerta se cerró de golpe).

Como forma de la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo de la perífrasis verbal haber de + infinitivo, que denota obligación o necesidad y equivale a la más usual hoy tener que + infinitivo: El director y su equipo hubieron de recorrer muchos lugares antes de encontrar los exteriores apropiados para la película.

USO INCORRECTO:

No se considera correcto el uso de la forma hubieron cuando el verbo haber se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, pues con este valor haber es impersonal y, como tal, carece de sujeto (el elemento nominal que aparece junto al verbo es el complemento directo) y se usa solo en tercera persona del singular. Son, pues, incorrectas oraciones como Hubieron muchos voluntarios para realizar esa misión o No hubieron problemas para entrar al concierto; debe decirse Hubo muchos voluntarios para realizar esa misión o No hubo problemas para entrar al concierto.

[Véase Había muchas personas, ha habido quejas, hubo problemas en esta misma sección].

Habemos

USOS INCORRECTOS:

En la lengua culta actual, la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo haber es hemos, y no la arcaica habemos, cuyo uso en la formación de los tiempos compuestos de la conjugación es hoy un vulgarismo propio del habla popular que debe evitarse en el habla culta; así, no debe decirse Habemos visto a tu hermano, sino Hemos visto a tu hermano.

También debe evitarse en el habla culta el uso de habemos con el sentido de ‘somos o estamos’, puesto que el verbo haber, cuando se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, es impersonal y, como tal, se usa solo en tercera persona del singular: Hay pocos solteros en el pueblo; Había tres personas en la habitación. Por lo tanto, si quien habla desea incluirse en la referencia, no debe emplear el verbo haber en primera persona del plural, como se hace a veces en el habla popular, recurriendo, para el presente de indicativo, a la forma habemos: Habemos pocos solteros en el pueblo, Habemos tres personas en la habitación; debe decirse Somos pocos solteros en el pueblo, Estamos tres personas en la habitación.

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v haber, 4]

USO CORRECTO:

Solo es admisible hoy en la lengua culta el uso de la forma habemos como primera persona del plural del presente de indicativo de la expresión coloquial habérselas con una persona o cosa (‘enfrentarse a ella o tratar con ella a la fuerza’): Ya sabéis con quién nos las habemos; Nos las habemos con un asesino despiadado.

Se venden casas, Se buscan actores frente a Se busca a los culpables

La palabra se sirve para formar dos tipos de oraciones, que no deben confundirse aunque tengan en común el hecho de no mencionar quién realiza la acción verbal:

a) ORACIONES DE PASIVA REFLEJA. En estas oraciones, la forma se precede a un verbo en tercera persona del singular o del plural, según sea singular o plural el elemento nominal que aparece junto al verbo y que es su sujeto gramatical. Por tratarse de una forma de pasiva, esta construcción solo se da con verbos transitivos: Se vende casa de campo / Se venden casas de campo. Normalmente el sujeto de estas oraciones denota cosa, pero puede denotar también persona indeterminada: Se buscan actores para la película.

b) ORACIONES IMPERSONALES. Se llaman así por carecer de sujeto gramatical y en ellas la forma se precede siempre a un verbo en tercera persona del singular. Esta construcción puede darse con verbos intransitivos (Se trabaja mejor en equipo), con verbos copulativos (Se está mejor solo que mal acompañado) o con verbos transitivos cuando llevan un complemento directo de persona precedido de la preposición a (Se busca a los culpables del crimen).

La confusión entre las oraciones de pasiva refleja (con el verbo en tercera persona del singular o del plural, concertando con el sujeto paciente) y las oraciones impersonales (carentes de sujeto y con el verbo inmovilizado en tercera persona del singular) únicamente puede darse con verbos transitivos, pues son los únicos que pueden generar ambos tipos de oraciones: Se buscan casas con jardín (pasiva refleja) / Se busca a los culpables (impersonal).

En caso de duda sobre cuándo utilizar una u otra construcción pueden resultar útiles las indicaciones siguientes:

Si el elemento nominal sobre el que recae la acción verbal expresa cosa, debe emplearse la construcción de pasiva refleja; por tanto, el verbo ha de ir en plural si dicho elemento nominal es plural:

Se hacen fotocopias.
Se produjeron irregularidades.
Se reanudarán los trabajos de rehabilitación.

Si el elemento nominal expresa persona y no va precedido de la preposición a, se emplea también la construcción de pasiva refleja:

Se buscan actores para la película.
Se contratarán nuevos trabajadores para el proyecto.
Se necesitan especialistas en informática.

Si el elemento nominal expresa persona y va precedido de la preposición a, debe emplearse la construcción impersonal; por tanto, el verbo irá en singular aunque el elemento nominal sea plural:

Entre los gitanos se respeta mucho a los ancianos.
Se entrevistó a los candidatos para el puesto.
Se busca a quienes presenciaron lo ocurrido.

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v se, 2].

Detrás de mí, encima de mí, al lado mío

En la lengua culta debe evitarse el uso de adverbios como cerca, detrás, delante, debajo, dentro, encima, enfrente con adjetivos posesivos; así pues, no debe decirse detrás mío, encima suya, etc., sino detrás de mí, encima de él, etc.

El origen de este error está en equiparar el complemento preposicional introducido por la preposición de (detrás de María) con los complementos de posesión, de estructura formalmente idéntica (la casa de María). Sin embargo, se trata de construcciones diferentes: en la primera (detrás de María), el núcleo del que depende el complemento preposicional es un adverbio (detrás), mientras que en la segunda (la casa de María) es un sustantivo (casa). Puesto que los adjetivos posesivos son modificadores del sustantivo, solo si el complemento encabezado por de depende de un sustantivo puede sustituirse sin problemas por un posesivo:

la casa de María = su casa o la casa suya.

Sin embargo, los adverbios no son susceptibles de ser modificados por un posesivo, de forma que no admiten la transformación descrita:

detrás de María no equivale a *su detrás, por lo que no es admisible decir detrás suya ni detrás suyo.

En consecuencia, para discernir si es o no correcta una expresión con posesivo, debemos fijarnos en la categoría de la palabra núcleo: si es un sustantivo, será correcta (puede decirse al lado mío, pues lado es un sustantivo); pero no será correcta si se trata de un adverbio (no puede decirse cerca mío, pues cerca es un adverbio).

Para no equivocarse, resulta útil saber que si se puede usar el posesivo átono antepuesto, la construcción con el posesivo tónico pospuesto será también válida:

Estoy al lado de María > Estoy a su lado > Estoy al lado suyo (CORRECTO)
Giraban alrededor de ti > Giraban a tu alrededor > Giraban alrededor tuyo (CORRECTO)

pero

Estoy detrás de María > *Estoy en su detrás > Estoy detrás suyo/suya (INCORRECTO).
Vive cerca de ti > *Vive en tu cerca > Vive cerca tuyo/tuya (INCORRECTO).

Por último, es importante señalar que el posesivo pospuesto debe concordar en género con el sustantivo al que modifica; así pues, debe decirse al lado suyo (y no al lado suya), puesto que el sustantivo lado es masculino.

Dobles participios: imprimido/impreso, freído/frito, proveído/provisto

Los únicos verbos que en la lengua actual presentan dos participios, uno regular y otro irregular, son imprimir (imprimido/impreso), freír (freído/frito) y proveer (proveído/provisto), con sus respectivos derivados. Los dos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica, aunque la preferencia por una u otra forma varíe en cada caso (véase el Diccionario panhispánico de dudas, s/v imprimir, freír, proveer):

Hemos imprimido veinte ejemplares / Habían impreso las copias en papel fotográfico.
Nos hemos proveído de todo lo necesario / Se había provisto de víveres abundantes.
Las empanadillas han de ser freídas dos horas antes / Nunca había frito un huevo.

No debe asimilarse el caso de estos participios verbales irregulares con el del nutrido grupo de adjetivos procedentes de participios latinos, como abstracto (del latín abstractus, participio de abstrahere), atento (del lat. attentus, part. de attendere), confuso (del lat. confusus, part. de confundere), correcto (del lat. correctus, part. de corrigere), contracto (del lat. contractus, part. de contrahere), tinto (del lat. tinctus, part. de tingere), etc. Algunas de estas formas pueden haber funcionado como participios verbales en épocas pasadas del idioma, pero hoy funcionan solamente como adjetivos y, por lo tanto, no se usan en la formación de los tiempos compuestos ni de la voz pasiva de los verbos correspondientes (no se dice *Han contracto matrimonio o *Son correctos por el profesor, sino Han contraído matrimonio o Son corregidos por el profesor). Por lo tanto, la consideración de estos verbos como «verbos con doble participio» carece de justificación gramatical.

Doble negación: no vino nadie, no hice nada, no tengo ninguna

En español existe un esquema particular de negación, que permite combinar el adverbio no con la presencia de otros elementos que tienen también sentido negativo.

Los adverbios nunca, jamás, tampoco, los indefinidos nadie, nada, ninguno, la locución en la/mi/tu/su vida y los grupos que contienen la palabra ni aparecen siempre en oraciones de sentido negativo. Si estos elementos van antepuestos al verbo, este no va acompañado del adverbio de negación no: Nunca voy al teatro; Él tampoco está de acuerdo; Jamás lo haré; Nadie lo sabe; Nada de lo que dice tiene sentido; Ninguno de ellos es actor; En su vida lo conseguirá; Ni su padre lo perdonaría. Pero si van pospuestos al verbo, este debe ir necesariamente precedido del adverbio no: No voy nunca al teatro; Él no está de acuerdo tampoco; No lo haré jamás; No lo sabe nadie; No tiene sentido nada de lo que dice; No es actor ninguno de ellos; No lo conseguirá en su vida; No lo perdonaría ni su padre. La concurrencia de esas dos «negaciones» no anula el sentido negativo del enunciado, sino que lo refuerza.

Infinitivo por imperativo

Cuando se da una orden a una segunda persona (del singular o del plural), deben usarse las formas propias del imperativo, si la oración es afirmativa, o las formas correspondientes del subjuntivo, si la oración es negativa, va introducida por la conjunción que o se dirige a un interlocutor al que se trata de usted.

SINGULAR

Tómate toda la sopa y deja de protestar.
No te enfades y ponnos otro café.
Que te calles.
Hágame caso.

PLURAL

¡Venid aquí ahora mismo, granujas!
Poneos el pijama y dormíos cuanto antes.
No lleguéis tarde.
Que os estéis quietos.
Cierren la puerta y siéntense, por favor.

No se considera correcto, en el habla esmerada, el uso del infinitivo en lugar del imperativo para dirigir una orden a una segunda persona del plural, como se hace a menudo en el habla coloquial:

¡Venir aquí ahora mismo, granujas!
Poneros el pijama y dormiros cuanto antes.

Solo es válido el empleo del infinitivo con valor de imperativo dirigido a una segunda persona del singular o del plural cuando aparece precedido de la preposición a, uso propio de la lengua oral coloquial: ¡Tú, a callar!; Niños, a dormir.

No debe confundirse el empleo desaconsejable del infinitivo en lugar del imperativo de segunda persona del plural con la aparición del infinitivo con valor exhortativo en indicaciones, advertencias, recomendaciones o avisos dirigidos a un interlocutor colectivo e indeterminado, habituales en las instrucciones de uso de los aparatos, las etiquetas de los productos o los carteles que dan indicaciones, hacen recomendaciones de tipo cívico o prohíben determinadas acciones en lugares públicos: Consumir a temperatura ambiente; Depositar la basura en las papeleras; No fumar; Lavar a mano. Se trata, en estos casos, de estructuras impersonales en las que no se da una orden directa, sino que se pone de manifiesto una recomendación, una obligación o una prohibición de carácter general, en las que hay que sobrentender fórmulas del tipo Se debe consumir... / Es preciso consumirlo... / Hay que consumirlo... / Se recomienda consumirlo...; Debe depositarse la basura en las papeleras / Hay que depositar la basura a las papeleras; No se puede fumar / No se permite fumar; Debe lavarse a mano / Se recomienda lavarlo a mano.

El agua, esta agua, mucha agua

El sustantivo agua es de género femenino, pero tiene la particularidad de comenzar por /a/ tónica (la vocal tónica de una palabra es aquella en la que recae el acento de intensidad: [água]). Por razones de fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar de la forma femenina normal la. Esta regla solo opera cuando el artículo antecede inmediatamente al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero si entre el artículo y el sustantivo se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto, de ahí que digamos la misma agua, la extensa área, la afilada hacha. Puesto que estas palabras son femeninas, los adjetivos deben concordar siempre en femenino: el agua clara, el área extensa, el hacha afilada (y no el agua claro, el área extenso, el hacha afilado).

Por su parte, el indefinido una toma generalmente la forma un cuando antecede inmediatamente a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica: un área, un hacha, un águila (si bien no es incorrecto, aunque sí poco frecuente, utilizar la forma plena una: una área, una hacha, una águila). Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden adoptar en estos casos las formas apocopadas (algún alma, ningún alma) o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).

Al tratarse de sustantivos femeninos, con los demostrativos este, ese, aquel o con cualquier otro adjetivo determinativo, como todo, mucho, poco, otro, etc., deben usarse las formas femeninas correspondientes: esta hacha, aquella misma arma, toda el agua, mucha hambre, etc. (y no este hacha, aquel mismo arma, todo el agua, mucho hambre, etc.).

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v el, 2].

Ir por agua o ir a por agua

El uso de la secuencia de preposiciones a por tras verbos que indican movimiento, como ir, venir, volver, salir, etc., con el sentido de ‘en busca de’, es hoy normal en el español de España, donde es corriente decir Ve a por agua, Salgo a por el pan, Volvió a por el paraguas. En el español de América, en cambio, este uso se percibe como anómalo y sigue siendo general allí el empleo exclusivo, en estos casos, de la preposición por: Ve por agua, Salgo por el pan, Volvió por el paraguas.

No hay razones lingüísticas para condenar el uso de a por, tan legítimo como el de otras combinaciones de preposiciones nunca censuradas, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc. La secuencia a por (documentada ya en textos españoles de los siglos XVI y XVII) se explica por el cruce de las estructuras ir a un lugar (complemento de dirección) e ir por algo o alguien (‘en busca de’), ya que en esta última está también presente la idea de ‘movimiento hacia’.

Por otra parte, el uso de ambas preposiciones, frente al empleo aislado de por, resuelve en muchos casos problemas de ambigüedad; así, la oración Voy por mi hijo puede significar ‘voy a buscar a mi hijo’, ‘voy en lugar de mi hijo’, ‘voy en favor o por el bien de mi hijo’ o ‘voy porque me lo ha pedido mi hijo’; mientras que la oración Voy a por mi hijo solo puede significar ‘voy a buscar a mi hijo’.

Sustantivo + a + infinitivo: temas a tratar, problemas a resolver, etc.

Estas estructuras, provenientes del francés, suelen considerarse inelegantes y normativamente poco recomendables. Sin embargo, en determinados ámbitos (en especial, el económico, el administrativo y el periodístico) han alcanzado una extensión notable, debido a su brevedad. Aunque se admite su empleo en determinados contextos (cantidad a ingresar, temas a tratar, problemas a resolver, etc.), no debe olvidarse que en muchas ocasiones su uso es superfluo y, por consiguiente, resulta preferible evitarlo.

[Para una explicación detallada de los usos incorrectos y de los admisibles, véase el Diccionario panhispánico de dudas, s/v a2, 3].

Mayor / más mayor

Cuando mayor ¾forma procedente del comparativo latino maior¾ se emplea con verdadero valor comparativo, esto es, con el significado de ‘que excede a otra cosa en tamaño, cantidad, calidad o intensidad’ y, referido a persona, ‘que excede en edad a otra’, es incorrecta su combinación con más; así, El baño no es más mayor que la cocina o Mi hermano Pedro es más mayor que tú son oraciones incorrectas por El baño no es más grande/mayor que la cocina o Mi hermano Pedro es mayor que tú.

Pero mayor tiene, dentro del campo de la edad, sentidos en que funciona, no como forma comparativa de grande, sino como un verdadero adjetivo en grado positivo y, en esos casos, como el resto de los adjetivos, admite su combinación con marcas de grado como más.

Mayor carece de valor comparativo en los casos siguientes:

Cuando se opone a pequeño y significa ‘de no poca edad’. Un niño puede decir Ya soy mayor, queriendo expresar, simplemente, que ya no se considera pequeño. Con este sentido mayor sí admite su combinación con marcas de grado, como más, muy o tan: Cuando seas más mayor, te compraremos una bicicleta; ¡Mira que tan mayor y todavía con chupete!

Cuando se usa con el sentido más preciso de ‘adulto’: Cuando sea mayor, me iré de casa.

La existencia de estos usos no comparativos del adjetivo mayor permite que sean posibles e igualmente correctas, aunque de significado ligeramente diverso, las oraciones Cuando seas mayor (= cuando seas adulta), podrás ponerte ese vestido y Cuando seas más mayor (= cuando tengas más edad de la que tienes ahora), podrás ponerte ese vestido.

Cuando significa ‘de edad avanzada’: En los autobuses hay que ceder el asiento a las personas mayores. También en este caso mayor admite su combinación con marcas de grado: Encontré a tu padre cansado, más mayor, casi un anciano.

Palabras clave o palabras claves, copias pirata o copias piratas

En las construcciones formadas por dos sustantivos que constituyen una unidad léxica, en las que el segundo de ellos modifica al primero como si se tratara de un adjetivo, normalmente solo el primer sustantivo lleva marca de plural: horas punta, bombas lapa, faldas pantalón, ciudades dormitorio, pisos piloto, coches cama, hombres rana, niños prodigio, noticias bomba, sofás cama, etc. No obstante, hay casos en que el segundo sustantivo puede adquirir un funcionamiento plenamente adjetivo y adoptar también la marca de plural, como es característico en esta clase de palabras. Normalmente esto sucede cuando el segundo sustantivo puede funcionar, con el mismo valor, como atributo del primero en oraciones copulativas; esta es la razón de que pueda decirse Estados miembros, países satélites, empresas líderes, palabras claves o copias piratas (pues son posibles oraciones como Esos Estados son miembros de la UE, Estos países fueron satélites de la Unión Soviética, Esas empresas son líderes en su sector, Estas palabras son claves para entender el asunto, Las copias requisadas son piratas).

Es decir, tanto palabras clave o copias pirata como palabras claves o copias piratas son expresiones posibles y correctas. En el primer caso, clave y pirata están funcionando como sustantivos en aposición y no adoptan la marca de plural. En el segundo, están funcionando como adjetivos plenos (con el sentido de ‘fundamental’, en el caso de clave, y de ‘ilegal o no autorizado’, en el caso de pirata), de ahí que adopten la marca de plural en consonancia con el sustantivo plural al que modifican.

La mayoría de los manifestantes, el resto de los alumnos, la mitad de los presentes, etc. + verbo

Cuando este tipo de estructuras funcionan como sujeto de una oración, a muchos hablantes se les plantean problemas a la hora de conjugar el verbo. En general, es posible poner el verbo tanto en singular (concordando con el sustantivo cuantificador singular: mayoría, mitad, minoría, resto, etc.) como en plural (concordando con el sustantivo plural que especifica de qué seres se trata: manifestantes, alumnos, trabajadores, etc.), siendo más habitual la concordancia en plural:

La mayoría de los manifestantes gritaba consignas / La mayoría de los manifestantes gritaban consignas.
La mitad de los alumnos aprobó / La mitad de los alumnos aprobaron.
El resto de los profesores irá a la huelga / El resto de los profesores irán a la huelga.

Pero si el verbo lleva un atributo o un complemento predicativo (es decir, un elemento que, formando parte del predicado, atribuye cualidades o estados a la entidad designada por el sujeto), solo es normal poner el verbo en plural, pues el atributo o el predicativo deben concordar asimismo en plural con el sustantivo plural al que se refieren:

La mayoría de sus hijos eran altos.
La mitad de los cajones estaban vacíos.
La mayor parte de los excursionistas llegaron cansados.

[Más información sobre problemas de concordancia en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v CONCORDANCIA].

Veintiuna personas, veintiuno por ciento

El numeral uno, una se apocopa en la forma un únicamente cuando antecede a sustantivos masculinos: un libro, un coche; o a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica (una vocal es tónica cuando en ella recae el acento prosódico o de intensidad): un águila, un alma, un hacha; pero no se apocopa nunca cuando antecede a sustantivos femeninos que no comienzan por /a/ tónica: una amapola, una mujer, una novela.

Consecuentemente, todos los numerales compuestos que contienen el numeral simple uno, una se comportan de la misma manera y solo se apocopan ante sustantivos masculinos y ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica. Por lo tanto, igual que decimos una mujer, una amapola, debemos decir veintiuna mujeres, treinta y una amapolas (y no veintiún mujeres, treinta y un amapolas).

Asimismo, debe decirse uno por ciento, veintiuno por ciento, treinta y uno por ciento (y no un por ciento, veintiún por ciento, treinta y un por ciento), ya que el numeral uno, una solo se apocopa ante determinado tipo de sustantivos, y por es una preposición.

Veintiuna mil personas o veintiún mil personas

Los numerales compuestos que contienen el numeral simple uno, una concuerdan en género con el sustantivo al que determinan cuando lo preceden inmediatamente, por eso debe decirse veintiuna personas, treinta y una toneladas (y no veintiún personas, treinta y un toneladas). [Para los casos de apócope, véase Veintiuna personas, veintiuno por ciento en esta misma sección].

Pero cuando entre el numeral y un sustantivo femenino se interpone la palabra mil, la concordancia de género es opcional, por lo que puede decirse tanto veintiún mil personas, treinta y un mil toneladas, como veintiuna mil personas, treinta y una mil toneladas.

La concordancia en femenino (veintiuna mil personas, treinta y una mil toneladas) se está imponiendo en el uso actual por influjo de la que obligatoriamente establecen los numerales de la serie de las centenas, que acomodan siempre su género al del sustantivo, lo precedan inmediatamente o no (setecientas toneladas, setecientas mil toneladas).

Los miles de personas

Como sustantivo, la palabra mil es de género masculino y se usa, en singular, para designar el propio número: Después del novecientos noventa y nueve viene el mil. En plural significa ‘millares’ y va normalmente seguido de un complemento especificativo introducido por la preposición de: Había miles de personas en la puerta del estadio. Puesto que se trata de un sustantivo masculino, los determinantes que lo acompañen deben ir también en masculino: los miles de personas, unos miles de personas, esos miles de personas (y no las miles de personas, unas miles de personas, esas miles de personas).

Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas

Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino se justifica solo cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.

[Más información sobre esta cuestión y otras relacionadas con el género gramatical, en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v GÉNERO2].

India o la India, de Perú o del Perú

Muchos nombres de países pueden usarse opcionalmente precedidos de artículo: (el) Canadá, (los) Estados Unidos, (la) India, (el) Líbano, (el) Perú, etc., siendo diferente en cada caso la preferencia mayoritaria por una u otra opción. En estos topónimos el artículo no forma parte del nombre propio, por lo que se escribe con minúscula y se amalgama con las preposiciones a y de dando lugar a las contracciones al y del:

Nunca he estado en la India / Nunca he estado en India.
Viajó al Canadá / Viajó a Canadá.
Vengo del Perú / Vengo de Perú.

Otros topónimos, en cambio, no admiten su uso con artículo: Iremos a Chile, Han vuelto de Egipto, No conozco Noruega.

Para saber qué nombres de países admiten el uso opcional con artículo, puede consultarse el Apéndice 5: Lista de países y capitales, con sus gentilicios del Diccionario panhispánico de dudas. En dicha lista, en los nombres de países que pueden usarse precedidos de artículo, este aparece entre paréntesis detrás del topónimo.

Existen, además, algunos topónimos en los que el artículo es parte indisociable del nombre propio. En esos casos, el artículo se escribe con mayúscula inicial y no se amalgama en la escritura con las preposiciones a y de:

Lo conocí en La Habana.
Volverá a El Cairo el mes que viene.
Vengo de El Salvador.

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v el, 5 y mayúsculas, 4.7, así como en los artículos dedicados específicamente a diversos topónimos].

Plural de las siglas: las ONG, unos DVD

En español, las siglas son invariables en la lengua escrita, es decir, no modifican su forma cuando designan más de un referente. El plural se manifiesta en las palabras que las introducen o que las modifican: varias ONG europeas, unos DVD, los PC. Por eso es recomendable utilizar siempre un determinante para introducir la sigla cuando esta ha de expresar pluralidad:

La medida ha sido apoyada por diferentes ONG del país.
¿Con cuántos PC portátiles podemos contar?
Tengo muchos CD de este tipo de música.

Debe evitarse el uso, copiado del inglés, de realizar el plural de las siglas añadiendo al final una s minúscula, con o sin apóstrofo: PC’s, ONG’s, PCs, ONGs.

Tilde en las mayúsculas

Las letras mayúsculas deben escribirse con tilde si les corresponde llevarla según las reglas de acentuación gráfica del español, tanto si se trata de palabras escritas en su totalidad con mayúsculas como si se trata únicamente de la mayúscula inicial:

Su hijo se llama Ángel.
ADMINISTRACIÓN
ATENCIÓN, POR FAVOR.

La Real Academia Española nunca ha establecido una norma en sentido contrario.

La acentuación gráfica de las letras mayúsculas no es opcional, sino obligatoria, y afecta a cualquier tipo de texto. Las únicas mayúsculas que no se acentúan son las que forman parte de las siglas; así, CIA (sigla del inglés Central Intelligence Agency) no lleva tilde, aunque el hiato entre la vocal cerrada tónica y la vocal abierta átona exigiría, según las reglas de acentuación, tildar la i.

Tilde en solo

V. Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010).

Tilde en los demostrativos este, ese, aquel, etc.

V. Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010).

Tilde en las formas verbales con pronombres átonos: deme, estate, mirándolo, etc.

Las formas verbales seguidas de pronombres átonos (me, te, lo, la, los, las, le, les, se, nos, os) se escriben y se pronuncian como una sola palabra. Desde la ortografía académica de 1999, estas palabras se someten como las demás a las reglas de acentuación gráfica del español, sin constituir ninguna excepción. Así, formas como estate, deme, detente o arrepintiose se deben escribir sin tilde por ser palabras llanas terminadas en vocal; formas como riéndonos, míralas, cállate o decídselo se escriben con tilde por ser esdrújulas; y oídle, subíos o sonreírte, por contener hiatos de vocal cerrada tónica y abierta átona (o a la inversa).

También las formas del imperativo de segunda persona del singular características del voseo deben someterse a las reglas de acentuación gráfica del español, tanto si se utilizan seguidas de pronombres átonos como si no. Así, si estas formas se usan sin pronombre añadido, llevan tilde por tratarse de palabras agudas acabadas en vocal: contá, pensá, mirá, bebé, salí; si se les añade un pronombre, dejan de escribirse con tilde por convertirse en palabras llanas acabadas en vocal o en -s: contame, pensalo, miranos, bebelo, salite (pronunciadas [kontáme, pensálo, mirános, bebélo, salíte]); y si se les añaden dos pronombres, se escriben con tilde por convertirse en palabras esdrújulas: contámela, pensátelo, miránoslos, bebételo.

Tilde en qué, cuál/es, quién/es, cómo, cuán, cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y adónde

Las palabras qué, cuál/es, quién/es, cómo, cuán, cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y adónde son tónicas y se escriben con tilde diacrítica cuando tienen sentido interrogativo o exclamativo. Estas palabras, por sí solas o precedidas de alguna preposición, introducen oraciones interrogativas o exclamativas directas:

¿Qué ha dicho?
¡Con qué seriedad trabaja!
¿Con cuál se queda usted?
¿De quién es esto?
¡Cómo ha crecido este niño!
¡Cuán bello es este paisaje!
¿Cuántos han venido?
¿Hasta cuándo os quedáis?
¿Adónde quieres ir?

También introducen oraciones interrogativas o exclamativas indirectas, integradas en otros enunciados:

Ya verás qué bien lo pasamos.
Le explicó cuáles eran sus razones.
No sé quién va a venir.
No te imaginas cómo ha cambiado todo.
La nota indica cuándo tienen que volver.
Voy a preguntar por dónde se va al castillo.

Además, pueden funcionar como sustantivos:

En este trabajo lo importante no es el qué, sino el cuánto.
Ahora queda decidir el cómo y el cuándo de la intervención.

Sin embargo, cuando estas mismas palabras funcionan como adverbios o pronombres relativos o, en el caso de algunas de ellas, también como conjunciones, son átonas (salvo el relativo cual, que es tónico cuando va precedido de artículo) y se escriben sin tilde:

El jefe, que no sabía nada, no supo reaccionar.
Esta es la razón por la cual no pienso participar.
Ha visto a quien tú sabes.
Cuando llegue ella, empezamos.
¿Estás buscando un lugar donde dormir?
No dijo que estuviese en paro.
¡Que aproveche!

Aunque los relativos, presenten o no antecedente expreso, son normalmente átonos y se escriben sin tilde, hay casos en que pueden pronunciarse tanto con acento prosódico como sin él. Esta doble posibilidad se da cuando los relativos introducen subordinadas relativas sin antecedente expreso, siempre que el antecedente implícito sea indefinido y tenga carácter inespecífico (una persona, alguien, algo, algún lugar, nadie, nada, etc.). Esto ocurre cuando la oración de relativo sin antecedente depende de verbos como haber, tener, buscar, encontrar, necesitar, etc., que admiten complementos indefinidos de carácter inespecífico. En estos casos es aceptable escribir el relativo tanto con tilde, reflejando la pronunciación tónica, como sin ella, representando la pronunciación átona.

El problema es que no hay con qué/que alimentar a tanta gente.
Ya ha encontrado quién/quien le quiera y no necesita nada más.
Buscó dónde/donde sentarse, pero no había asientos libres.
No tenía cómo/como defenderse de las acusaciones.

Porqué / porque / por qué / por que

a) porqué

Es un sustantivo masculino que equivale a causa, motivo, razón, y se escribe con tilde por ser palabra aguda terminada en vocal. Puesto que se trata de un sustantivo, se usa normalmente precedido de artículo u otro determinante:

No comprendo el porqué de tu actitud [= la razón de tu actitud].
Todo tiene su porqué [= su causa o su motivo].

Como otros sustantivos, tiene plural:

Hay que averiguar los porqués de este cambio de actitud.

b) por qué

Se trata de la secuencia formada por la preposición por y el interrogativo o exclamativo qué (palabra tónica que se escribe con tilde diacrítica para distinguirla del relativo y de la conjunción que). Introduce oraciones interrogativas y exclamativas directas e indirectas:

¿Por qué no viniste ayer a la fiesta?
No comprendo por qué te pones así.
¡Por qué calles más bonitas pasamos!

Obsérvese que, a diferencia del sustantivo porqué, la secuencia por qué no puede sustituirse por términos como razón, causa o motivo.

c) porque

Se trata de una conjunción átona, razón por la que se escribe sin tilde. Puede usarse con dos valores:

Como conjunción causal, para introducir oraciones subordinadas que expresan causa, caso en que puede sustituirse por locuciones de valor asimismo causal como puesto que o ya que:

No fui a la fiesta porque no tenía ganas [= ya que no tenía ganas].
La ocupación no es total, porque quedan todavía plazas libres [= puesto que quedan todavía plazas libres].

También se emplea como encabezamiento de las respuestas a las preguntas introducidas por la secuencia por qué:

—¿Por qué no viniste? —Porque no tenía ganas.

Cuando tiene sentido causal, es incorrecta su escritura en dos palabras.

Como conjunción final, seguida de un verbo en subjuntivo, con sentido equivalente a para que:

Hice cuanto pude porque no terminara así [= para que no terminara así].

En este caso, se admite también la grafía en dos palabras (pero se prefiere la escritura en una sola):

Hice cuanto pude por que no terminara así.

d) por que

Puede tratarse de una de las siguientes secuencias:

La preposición por + el pronombre relativo que. En este caso es más corriente usar el relativo con artículo antepuesto (el que, la que, etc.):

Este es el motivo por (el) que te llamé.
Los premios por (los) que competían no resultaban muy atractivos.
No sabemos la verdadera razón por (la) que dijo eso.

La preposición por + la conjunción subordinante que. Esta secuencia aparece en el caso de verbos, sustantivos o adjetivos que rigen un complemento introducido por la preposición por y llevan además una oración subordinada introducida por la conjunción que:

Al final optaron por que no se presentase.
Están ansiosos por que empecemos a trabajar en el proyecto.
Nos confesó su preocupación por que los niños pudieran enfermar.

[Véase el Diccionario panhispánico de dudas, s/v porque y porqué].

A ver / haber

Aunque a ver y haber se pronuncian de la misma forma, deben distinguirse adecuadamente en la escritura.

a) a ver

Se trata de la secuencia constituida por la preposición a y el infinitivo verbal ver:

Vete a ver qué nota te han puesto.
Los llevaron a ver los monumentos de la ciudad.

Como expresión fija, presenta distintos valores y usos:

En tono interrogativo, se emplea para solicitar al interlocutor que nos deje ver o comprobar algo:

—Mira lo que he comprado. —¿A ver?

Expresa, en general, expectación o interés por saber algo, y va normalmente seguida de una interrogativa indirecta:

A ver cuándo nos dan los resultados.

Se utiliza para llamar la atención del interlocutor antes de preguntarle, pedirle u ordenarle algo:

A ver, ¿has hecho lo que te dije?
A ver, trae el cuaderno.

Equivale a claro o naturalmente, como aceptación de algo que se considera inevitable:

—Pero ¿al final os vais? —¡A ver! Si no lo hacemos, perdemos el dinero de la reserva.

Delante de una oración introducida por la conjunción si, expresa, bien expectación, curiosidad o interés, a veces en forma de reto; bien temor o sospecha; bien deseo o mandato:

¡A ver si adivinas lo que estoy pensando!
A ver si te caes.
A ver si eres más organizado de ahora en adelante.

En muchos de estos casos la secuencia a ver puede reemplazarse por veamos, lo que pone de manifiesto su relación con el verbo ver y no con el verbo haber:

A ver con quién aparece mañana en la fiesta [= Veamos con quién aparece mañana en la fiesta].
A ver si te atreves a decírselo a la cara [= Veamos si te atreves a decírselo a la cara].

b) haber

Puede ser un verbo o un sustantivo:

Como verbo, haber se usa como auxiliar, seguido de un participio, para formar los infinitivos compuestos de la conjugación:

Haber venido antes.
Tiene que haber sucedido algo.
Sigo sin haber entendido lo que ha pasado.

También se emplea como infinitivo del verbo impersonal que denota la presencia o existencia de lo designado por el sustantivo que lo acompaña:

Parece haber un chico esperándote en la puerta.
Tiene que haber muchas cosas en el frigorífico.


Como sustantivo, haber es masculino y significa, en general, ‘conjunto de bienes o caudales de una persona’:

Su haber era más bien escaso.



Has / haz

Aunque en zonas de seseo has y haz se pronuncian de la misma forma, deben distinguirse adecuadamente en la escritura.

a) has

Se trata de la forma correspondiente a la segunda persona del singular del presente de indicativo del verbo haber (yo he, tu/vos has, él ha, nosotros hemos, vosotros habéis, ellos/ustedes han), con el que se forman los tiempos compuestos de la conjugación. Así, la forma has, seguida del participio en -o del verbo que se está conjugando, da lugar a la segunda persona del singular del pretérito perfecto compuesto (o antepresente) del modo indicativo:

Has llegado tarde.
¿Has ido a ver a tu padre?

Esta forma se emplea además como segunda persona del singular del presente de indicativo de la perífrasis verbal haber de + infinitivo, que denota obligación o necesidad y equivale a la más frecuente hoy tener que + infinitivo:

Has de estudiar más. [= Tienes que estudiar más].
Has de saber que serás castigado. [= Tienes que saber que serás castigado].

b) haz

Como verbo, se trata de la forma de imperativo correspondiente al pronombre tú del verbo hacer:

Haz lo que te digo o no te dejaré salir.
Haz lo que tengas que hacer.

Halla / haya / aya

La mayor parte de los hispanohablantes pronuncian estas tres palabras de la misma forma, ya que está muy generalizada la pérdida de la distinción de los sonidos que representan las grafías ll e y. Pero conviene distinguirlas adecuadamente en la escritura:

a) haya

Puede ser un verbo o un sustantivo:

Como verbo, es la forma de primera o tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo haber. Con este valor se utiliza, bien seguida de un participio para formar el pretérito perfecto (o antepresente) de subjuntivo del verbo que se esté conjugando (haya visto, haya mirado, etc.), bien como verbo de una oración impersonal:

Espero que Luis haya aprobado.
No cree que el niño se haya vestido solo.
Quizá haya algo que podamos hacer.

Si estas oraciones se expresasen en otro tiempo verbal, la forma haya sería reemplazada por otra forma del verbo haber:

Esperaba que esta vez Luis hubiese aprobado.
No creía que el niño se hubiese vestido solo.
Quizá habría algo que pudiéramos hacer.

Como sustantivo, es femenino y designa un tipo de árbol:

Hay que podar el haya del jardín.
Se sentó a la sombra de una frondosa haya.

b) halla

Es la forma de la tercera persona del singular del presente de indicativo, o la segunda persona (tú) del singular del imperativo, del verbo hallar(se), que significa ‘encontrar(se)’:

No sé cómo lo hace, pero halla siempre una excusa perfecta para no ir.
La sede de la organización se halla en París.
La flora se halla constituida por diferentes especies.
Halla la hipotenusa del siguiente triángulo rectángulo.

Obsérvese que en estos casos la palabra halla se puede sustituir por la forma encuentra:

No sé cómo lo hace, pero encuentra siempre una excusa perfecta para no ir.
La sede de la organización se encuentra en París.
La flora se encuentra constituida por diferentes especies.
Encuentra la hipotenusa del siguiente triángulo rectángulo.

c) aya

Es un sustantivo femenino que significa ‘mujer encargada en una casa del cuidado y educación de los niños o jóvenes’:

Aún se acordaba del aya sabia y cariñosa de su infancia.
La vieja aya seguía llevando a los niños al parque.

Echo, echa, echas / hecho, hecha, hechas

Todas las formas del verbo echar (que significa, a grandes rasgos, ‘tirar’, ‘poner o depositar’ y ‘expulsar’) se escriben sin h:

Siempre echo los papeles a la papelera.
Si echas más sal al guiso lo estropeas.
Hay que echar la carta al buzón.
Tienes suerte si no te echa de aquí ahora mismo.

El verbo echar forma parte de la locución echar de menos, que significa ‘añorar’:

Te echo de menos.
¿Me habéis echado de menos?

O de la locución echar a perder, que significa ‘estropear’:

Siempre lo echas todo a perder.

También de la perífrasis echar a + infinitivo, que indica el comienzo de la acción expresada por el infinitivo:

Siempre se echa a reír en el momento más inoportuno.
Casi me echo a llorar.

Aunque se pronuncian igual, no deben confundirse en la escritura las formas echo, echas, echa, del verbo echar, que se escriben sin h, y las formas hecho, hecha, hechas, del participio del verbo hacer, que se escriben con h, al igual que el sustantivo masculino hecho (‘cosa que se hace o que sucede’), tanto cuando se utiliza como tal, como cuando forma parte de la locución de hecho (‘efectivamente, en realidad’):

¿Has hecho lo que te dije?
Aunque iba con prisa, dejó hecha la cama.
Ya están hechas las tortillas.
El hecho es que hemos solucionado el problema.
Quería olvidarla. De hecho, intenté no volver a verla.

El abecedario y los dígrafos ch y ll

El abecedario español está hoy formado por las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

Solo son propiamente letras los grafemas, esto es, los signos gráficos simples. Por esta razón, no deben formar parte del abecedario las secuencias de grafemas que se emplean para representar ciertos fonemas, como ch, ll, gu (ante e, i), qu (ante e, i) y rr.

Desde la segunda edición de la ortografía académica, publicada en 1754, venían considerándose letras del abecedario español los dígrafos ch y ll, seguramente porque cada uno de ellos se usaba para representar de forma exclusiva y unívoca un fonema del español (antes de que la extensión del yeísmo alcanzara los niveles actuales y diera lugar a que hoy el dígrafo ll represente dos fonemas distintos, según que el hablante sea o no yeísta). Es cierto que se diferenciaban en esto de los demás dígrafos, que nunca han representado en exclusiva sus respectivos fonemas: el fonema /g/ lo representa también la letra g (gato, goma, gula, agnóstico, tuareg); el fonema /k/ se escribe además con c (cama, cola, cuento, acto, coñac) y con k (karaoke, anorak); y el fonema /rr/ se representa con r en posición inicial de palabra o detrás de consonante con la que no forma sílaba (rama, alrededor, enredo).

Sin embargo, este argumento no es válido desde la moderna consideración de las letras o grafemas como las unidades mínimas distintivas del sistema gráfico, con independencia de que representen o no por sí solas una unidad del sistema fonológico. Por lo tanto, a partir de la publicación de la Ortografía de 2010, los dígrafos ch y ll han dejado de ser considerados letras del abecedario español, lo que no significa, naturalmente, que hayan desaparecido de su sistema gráfico; es decir, estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas. El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes básicos, ya que los dígrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en dicho inventario. Con ello, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas se empleen determinadas combinaciones de grafemas para representar algunos fonemas.

Mayúscula o minúscula en los meses, los días de la semana y las estaciones del año

Salvo que la mayúscula venga exigida por la puntuación (a comienzo de texto o después de punto), los nombres de los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año se escriben en español con minúscula inicial:

Nació el pasado martes, 22 de noviembre.
En Caracas, a 6 de mayo de 2005.
Esta primavera ha llovido mucho.

Solo se inician con mayúscula cuando forman parte de nombres que exigen la escritura de sus componentes con mayúscula inicial, como ocurre con los nombres de festividades, fechas o acontecimientos históricos, vías urbanas, edificios, etc.: Viernes Santo, Primavera de Praga, plaza del Dos de Mayo, Hospital Doce de Octubre.

Normas para la escritura de prefijos

V. Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010).

Ortografía de los signos de interrogación y exclamación

A diferencia de lo que ocurre en otras lenguas, los signos de interrogación y exclamación son signos dobles en español, como los paréntesis o los corchetes. Por tanto, es incorrecto prescindir del signo de apertura en los enunciados interrogativos o exclamativos:

¿Quién le ha llamado? (no Quién le ha llamado?).
¡Qué prisa tienes! (no Qué prisa tienes!).

Por otra parte, después del signo de cierre de interrogación o exclamación se puede escribir cualquier signo de puntuación salvo el punto:

¡Ah!, olvidaba darte esto.
¿Han terminado ya de preparar la mesa?
—¿Qué vamos a comer? —preguntó.

Cuando los signos de cierre (? !) constituyen el final del enunciado, la palabra que sigue se escribe con mayúscula inicial.

¿Dónde está el restaurante? Olvidé mirarlo en la guía.
¡Qué frío! Coge el abrigo y la bufanda.

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v interrogación y exclamación (signos de)].

Cambio de la y copulativa en e

La conjunción copulativa y toma la forma e ante palabras que empiezan por el sonido vocálico /i/ (i- o hi- en la escritura): Eres único e irrepetible; Necesito aguja e hilo.

Excepciones:

Cuando al sonido /i/ le sigue una vocal con la que forma diptongo: La mesa es de madera y hierro (no de madera e hierro).

Con aquellas palabras que, como hiato o ion, pueden articularse con hiato ([i - á - to], [i - ón]) o con diptongo ([yá - to], [yón]), es válido el uso de e (si se pronuncia un hiato) o de y (si se pronuncia un diptongo): diptongo e hiato o diptongo y hiato; moléculas e iones o moléculas y iones.

Cuando la conjunción se hace tónica y adquiere un valor adverbial en oraciones interrogativas: ¿Y Inés? (‘¿dónde está Inés?’ o ‘¿qué tal Inés?’).

Si la palabra que sigue a la conjunción no es española y comienza por el sonido vocálico /i/, sigue vigente la regla, aunque por tratarse de una voz extranjera el sonido /i/ inicial no se escriba como i o hi:

Escriba su teléfono e e-mail (la e de e-mail se pronuncia [i] en inglés).

Paralelamente, la conjunción copulativa mantiene la forma y si la voz que la sigue no empieza con el sonido /i/, aunque gráficamente se escriba con i- o hi-:

En esa fecha se produjo el encuentro entre Franco y Hitler (el apellido alemán Hitler se pronuncia con h aspirada).
Hasta el momento ha sacado dos discos: Life y I adore you (I se pronuncia [ái] en inglés).

Cambio de la o disyuntiva en u

La conjunción disyuntiva o toma la forma u ante palabras que empiezan por el sonido vocálico /o/ (o- u ho- en la escritura): unos u otros, minutos u horas, ordenar u organizar.

Cuando la conjunción disyuntiva o va seguida de una expresión numérica que empieza por la cifra 8, como 8, 80, 81, 800, etc., también debe adoptar la forma u, tanto en la lectura como en la escritura, porque las palabras que representan estas cifras (ocho, ochenta, ochenta y uno, ochocientos...) empiezan por el sonido /o/: 700 u 800.

La conjunción o también se transforma en u si la palabra que sigue comienza por /o/ en las correlaciones disyuntivas, en las que aparece una conjunción ante cada una de las opciones posibles: Los hornos antiguos eran o circulares u ovalados; La disyuntiva era clara: u obteníamos beneficios pronto o habría que cerrar la empresa.

División silábica y ortográfica de palabras con tl

En la mayor parte de la España peninsular y en Puerto Rico, la secuencia consonántica tl se articula pronunciando cada consonante en una sílaba distinta. Así, palabras como atleta o Atlántico se dividen en sílabas de la siguiente manera: at - le - ta, At - lán - ti - co.

En cambio, en casi toda Hispanoamérica —especialmente en México y en los territorios donde se emplean voces de origen náhuatl, en las que este grupo es inseparable (tla - co - te, cen - zon - tle)—, en Canarias y en algunas áreas españolas peninsulares, estas dos consonantes se pronuncian dentro de la misma sílaba. En este caso, las palabras atleta y Atlántico se dividen en sílabas de la siguiente manera: a - tle - ta, A - tlán - ti - co.

Consecuentemente, las palabras con tl se dividirán con guion de final de línea según el modo como articule el que escribe esta secuencia de consonantes: si las pronuncia en dos sílabas, dividirá at- / leta; si las pronuncia en la misma sílaba, atle- / ta.

De 2007 o del 2007

En la datación de cartas y documentos, el uso prefiere desde la Edad Media expresar los años sin artículo:

8 de enero de 1681
En Toledo, a 19 de diciembre de 1999.

Esta es, por tanto, la fórmula recomendada en el caso de la datación de cartas y documentos para indicar los años a partir del 2000:

Quito, 9 de abril de 2007

Esta recomendación no implica que se considere incorrecto utilizar el artículo en estos casos:

Quito, 9 de abril del 2007

Naturalmente, si se menciona expresamente la palabra año, resulta obligado anteponer el artículo: 5 de mayo del año 2000.

Cuando se menciona el año 2000 o los años sucesivos en un texto, fuera de las fórmulas utilizadas en la datación de cartas y documentos, se tiende, en el habla espontánea, a usar el artículo delante del año:

Este documento fue revisado en febrero del 2002.

La inauguración está prevista para el 2008.

Pero también es posible, en estos casos, el uso sin artículo:

Este documento fue revisado en febrero de 2002.
La inauguración está prevista para 2008.

[Más información en el Diccionario panhispánico de dudas, s/v fecha, 4].


Mag. Minor Jiménez
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